19. BLOODY NIGHT

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-¡Pero qué fuerte!-Añadió Nora con la boca abierta en forma de o.

Si, fuerte lo que le senti bajo esas sábanas.

Controlate Ainara, me dije a mi misma.

-Por desgracia sí, decidió que el suelo no sería su cama esa noche, y por más que le intente quitar, mi esfuerzo no sirvió para absolutamente nada- Respondí entornando los ojos y echando una pequeña risa para quitarle tensión al asunto.

Me gire para volver a ver a Ian, no se veía que le hubiese agradado mucho mi respuesta.

Tenía una ceja levantada y una cara dando a entender que no me lo creía ni yo.

-Pues vaya, yo pensé que Ian ya dejaría de ser el soltero amargado, menuda decepción- Dijo Harry dándole una palmadita en la espalda a Ian.

-Porfavor, antes que me corten los huevos- Añadio Ian riendo para hacerme daño.

¿Pero este tio de que va?

Yo sin embargo solté lo primero que se me vino a la cabeza.

-Pues bien que los acercastes anoche-Solté mirándole con una sonrisa falsa.

Todos se quedaron en shock al escuchar la tremenda contestación que acababa de decir.

Claro que no Ainara tu no te puedes callar,muy bien.

-Uhhh- Grito Kaden riéndose de Ian y llevándose las manos a la cara.

-Ups vaya, ¿Eso te influye a la fachada de tío irresistible que solo quiere a las tias que están buenas?- Le dije pasando a su lado dándole con mi hombro y yéndome hacia mi habitación.

Nora, Helena y Ainhoa se metieron conmigo en la habitación.

-¿Pero qué me estás contando tía? ¿Hicisteis la cucharita?- Preguntó Helena susurrando con una cara de cotilla que no podía con ella, incluso se cruzó de brazos esperando con sumo detalle mi respuesta.

-Morbosa- La dijo Nora riendo.

-El caso es que queremos detalles, ya- Ordenó Ainhoa mientras optaba ella misma a hacerme la cama.

Ainhoa siempre había sido muy maniática, todo tenía que estar perfectamente colocado y hecho.

-Pues básicamente, en lo que tarde en cerrar la puerta, él ya estaba tumbado en mi cama, le intente echar, falle y cuando se quedó ''dormido'', me abrazo y se me pegó como una lapa- Las respondí con un tono como si estuviera narrando una auténtica novela, diciendo cada palabra con pasión y entrecomillado con mis dedos el dormido que acababa de decir.

-¡Que fuerte!-Contestó Helena dando saltitos con emoción.

-No te emociones, él estaba dormido y a mi no me quedaba otra porque si no me caía de la cama- La dije riendo mientras negaba con mi cabeza.

Mentirosa, mentirosa.

-Ya claro- Añadió Ainhoa sin creerse nada de mi excusa.

Hacía bastantes días que no escribía, así que me senté en la cama y me puse a escribir.

Abrí el ordenador y ¡Sorpresa!

20 mensajes de Joseph diciendo que se iba a ir a Noruega y empezar de cero con una chica que había conocido y que no le volviese a escribir que se iba a cambiar de identidad.

Muy típico en él, ya lo había hecho más veces.

Joseph y yo nunca tuvimos una relación romántica que se pueda decir, nos conocimos una vez que acompañé a mi abuela a un local donde jugaba al bingo.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora