48. FUERZA

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Unas llaves aparecían sobre ella.

-Ten más cuidado de donde dejas la mochila, podría haber cualquier loco que hiciese una copia de tus llaves- Me explico dejándolas sobre mis manos- Y eso no sería nada divertido ¿Verdad?

-Vete ya por favor- Le dije cerrándole la puerta en las narices.

Según se marchó agarre mi teléfono.

Mire la hora, las cuatro de la madrugada.

Aún así di al botón de llamar.

-¿Todo bien darling?- Preguntó Ian al otro lado de la línea.

-Si, solo que ¿En cuantas horas entras a trabajar?- Le pregunté dirigiéndome hacia el cuarto de baño.

-En seis, ¿Por qué ?- Preguntó Ian confuso.

-¿Puedes venir?- Volví a preguntar de nuevo.- Siento llamarte a estas horas, pero es urgente.

-Por supuesto, en media hora estoy allí- Contestó Ian nervioso.

Lo que tardé en ducharme, salir y cambiarme, Ian no tardaba en llegar.

Abrí la puerta y sin poder evitarlo me lance sobre sus brazos y comencé a llorar.

-¿Qué ha pasado?- Me dijo abrazándome con cariño y calma.

-Izan me escribió, pero yo no sabia que era él.- Empecé contando- Vine a casa y aquí estaba.

-Y el cadáver y, y- comencé a titubear.

-¿Quien Aura? ¿Qué cadáver?- Preguntó Ian perdiendo el control.

-Joseph, era Joseph- Dije angustiada.

Seguí hablando casi sin poder lograrlo.

-Me dijo que sabía de mi vida, que había buscado sobre ella y así sabía lo de Joseph- Termine de contar.

-¿Pero y el cadáver? ¿Se lo ha llevado él?-Preguntó Ian mirando todas las esquinas del salón.

-No, no lo sé, me desmayé y cuando me levanté solo estaba Izan, Joseph ya no.- Expliqué.

-Se lo habrán llevado sus hombres- Concluyó Ian.

-¿Crees que sabe que estás conmigo?- Preguntó Ian dando vueltas alrededor del salón preocupado.

-No, no de hecho me ha invitado a una cita a cambio de no involucrarme en el asesinato que el mismo ha hecho.- Explique. - Pero me siento mal , muy triste, aunque lo mio con Joseph hubiese salido mal.

-Es normal que te sientas así aunque ese hijo de puta te metiese en todo esto, fue importante para ti, si quieres podemos dejar este plan, lo que más me importa ahora mismo eres tú- Me dijo Ian dando un suave beso en mi frente.

-No es el hecho de lo que pasase o no, es que el ahora estaba bien al igual que yo, viviendo su vida alejado de mi- Recalqué.- No se merecía eso.

-También entendería que no pudieses ahora ejecutar nuestra venganza Aura- Aclaró mirándome a los ojos.

Le mire y me deje apoyar en su pecho.

-Aura te quiero, haría cualquier cosa por ti darling incluso dejar que ese hijo de puta se saliese con la suya- Añadió a sus bonitas palabras.

-Yo también te quiero y podré con esto te lo aseguro, ¿Desde cuando soy una débil?- Conteste orgullosa.

-Esa es mi chica- Me respondió Ian besándome con cariño- Ve a esa estúpida cena y demuestra la mujer que eres.

-Hablando de eso-Dije entre risas.

-¿Qué más falta por dios?- Preguntó Ian llevándose las manos a la cara con desesperación.

-Es que no se donde es- Dije entre dientes avergonzada- No me entere estaba demasiado shockeada ¿Vale?

-Pues escribele y aclaras el sitio, el día y la hora- Ordenó Ian.- No es tan difícil.

-Bien- Respondí.

Agarré mi móvil y comencé a escribirle.

-Tú mychael myers.

-Dime preciosa. ¿Ya me echas de menos?

-Más quisieras, ¿Día y hora?

-Que interesada estás en nuestra cita ¿No?

-No, y no es una cita.

-Esta noche, Reds Garden, 8pm.

-Ok, adiós.

-Ponte guapa para mi.

Tras leer ese último mensaje lo que menos me apetecía era contestarle así que, le deje en leído.

-Todo aclarado- Le conté a Ian- Pero

-Allí estarán vigilándote, tranquila- Me calmo Ian.- No te preocupes por nada.

-Ya sabes cómo engatusar, eso a ti se te da bien- Me animó- A mi me tuvistes en dos días.

-Hombre eras un facilón- Vacilé a Ian.

Ian hizo una mueca de asco y después se rió.

-¿Quieres que me quede a dormir?- Me preguntó Ian besándome y agarrando mi cabeza entre sus dos manos.

-Si, nada me haría más feliz hoy- Le conteste.

-No tengo pijama- Dijo entre dientes Ian.- Una pena, tendré que dormir desnudo.

Ian comenzó a desabrocharse el pantalón.

Entrecerrando los ojos le agarre la mano para que parase.

-Creo que tengo la solución perfecta- Canturree yendo hacia mi habitación.

-¡Oh no Aura!- Gritó Ian riendo tras de mí- Sé lo que estás pensando.

-¡Tachan!- Volví a cantar- Mickey Mouse al poder.

-Aura en ese pantalón no me caben ni los huevos- Se quejó Ian riendo.

-Sr.Moore tenga modales- Le regañe haciéndome la dura.

-Dormiré en calzoncillos- Dijo Ian.- Bueno Aura tu no tendras mi

-¿Qué? ¿Qué sudadera?- Me hice la tonta- ¡Ah! Uf vaya pena la vendi en el mercado negro.

-Ya seguro, dámela, no te la quitare te lo juro, solo para dormir- Gruño Ian.

-Esta bien- Me queje indignada.

Abrí el tercer cajón de mi mesilla y ahí estaba.

La que era de sus sudaderas, mi favorita.

Era blanca, con las letras de la parte de adelante en azul marino.

Se la di enfurruñada y me metí en la cama.

Ian se rió, se la puso y se metió también en ella.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora