16. LA QUEMA

21 4 0
                                    

-No puede ser esto real-Respondió Ainhoa a Helena llevándose ambas manos a la boca.

Jamás supe que Helena sabía eso, yo nunca se lo conté, no entiendo como ella se enteró.

-¿Cómo lo sabes?-Pregunte a Helena sin poder evitar otra vez empezar a temblar tras recordar ese momento hace varios años.

Helena suspiro intentando aguantar las lagrimas, me agarro las manos y empezó a contarme todo.

-Encontré unos papeles de la denuncia en tu habitación, decían algo sobre un maltrato o algo así, siento mucho haberlos mirado, pensé que serian unos apuntes...Yo-Su voz empezó a temblar y la agarre la mano dándola a entender que no pasaba nada.-No supe que hacer o decir, fui imbécil debería de haber hecho algo o decir algo, ojala no hubiese sido tan cobarde- Decía con la voz entrecortada mientras las lagrimas caían por sus ojos.

No supe que contestarla y lo único que me salió fue abrazarla.

Si yo estuviese estado en su lugar hubiese hecho lo mismo.

El no saber sobre un tema, nos asusta siempre a todos y a veces nos hace cobardes.

Mientras la abrazaba, mi mente volvió a ese asqueroso día.

-Te juro que no he dicho nada, no sabia que el estaría ahí, ni quiera he hablado con el- Le dije con la voz temblorosa intentando retroceder y separarme de el.

No era la primera vez que cuando algo le sentaba mal, o se pusiera celoso me gritaba, nunca había llegado a poner una mano encima, y eso me aliviaba a pesar de sus gritos.

-Esta vez no cuela zorra, ¿Te gusta mucho hacer miraditas con los tíos verdad?- Dijo Kristan arremangándose y desabrochando su camisa.

Cada vez el estaba mas cerca y la pared que tenia detrás también.

-Kristan te lo juro, no le mire en ningún momento, por favor para- Le rogué con miedo.

El solo sonrió y me agarro del brazo con fuerza.

Mi miedo empezaba a aumentar y mis lagrimas no pudieron evitar saltar.

-¿Ahora vas a ponerte a llorar muñeca? Mas vas a llorar por acercarte a ese tio- Me grito.

Un puño salió directo hacia mi cara, nublando por completo mi vista y dejándome un poco mareada.

Me cogió la cabeza con las dos manos y me la estampo contra la pared.

Mi cuerpo se tambaleaba, no tenia apenas equilibrio.

Kristan me tiro encima de la cama, y con las pocas fuerzas que me quedaban solo intentaba apartarle aunque no sirviese de nada.

Me rompió el vestido y se bajo los pantalones.

El dolor en mi cabeza aumentaba y mi mareo era tan grande que no me permitía siquiera enfocar la vista.

-No por favor, no, para me estas haciendo daño-Le suplique.

Su fuerza estaba llena de rabia y odio, intente luchar lo máximo que pude, pero no sirvió de nada.

A la mañana siguiente me levante y no dije nada a nadie.

Kristan se fue de la universidad justo esa mañana, vivía con el miedo constante de que volviese.

Incluso durante un tiempo no me acercaba a ningún hombre, ni siquiera a mis amigos.

Pasaron unos meses y por fin me atreví a denunciarle.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora