28. HUÉSPED

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La enfermera terminó de sacarme todos los cristales que estaban incrustados en la herida, he de reconocer que grite.

Demasiado.

-Bueno te tenemos que dejar una noche ingresada por si te vuelves a marear y asi te vigilamos- Me explicó la enfermera.

Odio los hospitales y la enfermera se dio cuenta al ver mi expresión.

Una mierda.

-Bueno o puedes ir a casa siempre que a la mínima te encuentres peor y vengas de nuevo, estas pastillas que te tendrás que tomar, pueden dar efectos secundarios- Añadio con una sonrisa.

-Prefiero irme a casa, si me mareo o veo que empeoro volveré- La contesté levantándome con cuidado.

-Eso sí, tendrás que pasar la noche con alguien, con tus padres, amigos o lo que sea, pero alguien que se asegure que si estas mal vendrás o te traerá si tu no quieres venir- Continuó antes de que saliéramos ambos por la puerta.

-Tranquila, está en buenas manos- Dijo Ian antes de terminar de salir por la puerta de la consulta.

-Lo llevas claro querido, yo me voy con Helena- Le dije andando rápido para encontrar a Nora y a Kaden lo antes posible.

Estaban afuera del hospital sentados en la acera que daba a la carretera.

-Mirar me han puesto tiritas de Hello Kitty- Les grite enseñando las palmas de la mano.

-Porfin son las cuatro de la mañana- Se quejó Kaden levantándose con ímpetu.

Ian me agarro de la mano con fuerza y me empujo hacia Nora.

Kaden y Nora se quedarón boquiabiertos al ver que Ian me cogió tan rápido de las manos.

-La han dado unos calmantes por eso no se queja- Contestó Ian con cara de importarle todo una absoluta mierda.

-Auch, si duele- Añadi sacandole la lengua.

Exacto, como una persona realmente madura y sin ningún efecto secundario de la pastilla.

-Pobrecita, déjala en paz- Refunfuño Nora a Ian mientras me tocaba la cabeza con delicadeza.

-Que pesada eres tú también, bueno me la llevo a casa, han dicho que se tiene que quedar con alguien- Dijo Ian empujándome por la espalda para dirigirme al coche con una sonrisa sarcástica.

Yo miré a Nora haciendo pucheros para ver si así me llevaba con ellos.

Pero no me hizo ni caso.

-Mañana escribenos y si nos necesitas llama, que no nos fiamos de ti- Dijo Kaden mientras se dirigían a su coche.

-Que yo me voy con Helena- Repetí gritando como una loca.

Mientras el intentaba que entrase en el coche yo me resistía con fuerza.

-Helena y Yon están durmiendo y yo mañana tengo que madrugar, así que callate y metete en el coche de una vez.

-Es verdad, mira otra razón, no me puedes dejar luego sola en tu casa ¿Y se me muero?- Pregunte con una preocupación bastante falsa.

-No te vas a quedar sola, tu vendrás conmigo- Me contestó empujándome con fuerza y consiguiendo meterme en el coche.

-Enserio, te odio- Le gruñi cruzandome de brazos.

-¡Que novedad!- Añadio sentandose él en su asiento.

No tardamos nada en llegar a su casa.

-Dame una camiseta- Ordene mientras el abría la puerta- Huelo a pis.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora