Abrí de golpe la cortina de la ducha.
Tranquila, no te alarmes.
No grites, no te alteres.
Solo se me veía la cara y un montón de champú en mi cabeza.
-¿¡Qué has hecho que!?-Le grité con los ojos tan abiertos como platos.
Mierda, ahora tengo champú en los ojos.
-Shhh baja la voz-Me dijo mirando hacia la puerta previamente cerrada con miedo de que nos escucharan.
-¿¡Como que shh Ian!?-Le dije histérica pero susurrando- Que has matado a alguien.
Ian se empezó a reír a carcajadas y yo sin embargo tenía una cara absoluta de estar flipando.
Definitivamente este chico está mal.
-No es gracioso-Le dije sacando una mano para empujarle.
Error, un gran error.
Había jabón en el suelo y en mi cabeza como sabéis, bueno pues de la fuerza que use para empujarle.
Me resbalé.
Ya no es el hecho vergonzoso de que me hubiese caído en su cara, es que estaba desnuda enrollada en la cortina de la ducha como si fuese un jodido burrito.
Si antes se estaba riendo, imaginaros ahora.
Le miré con una mirada fulminante, pero no sirvió absolutamente de nada.
-Ojalá te atragantes con tu propia lengua, imbécil-Le dije mientras intentaba levantarme.
La puerta se abrió y tras ella estaba Helena.
Helena se sumó a la gran fiesta y al verme empezó a reírse con Ian.
-Venga perfecto ahora tu tambien-Dije con un resoplo.
Nora se asomó por la puerta y se quedó analizando mi postura totalmente patética con la cabeza ladeada.
-¿Tú tampoco me va a ayudar?-La dije ya riéndome con desesperación.
-Ay girl voy- Me respondió con otra risa y levantando las manos a la altura de sus hombros.
Mientras Ian y Helena se reían en mi cara sin ningún tipo de lastima, Nora me ayudó a levantarme.
Cogí el albornoz que tenía al lado y sin que se me viese nada me lo puse con cuidado.
-Muy graciosos-Les dije a ambos con una sonrisa irónica.
Helena salió junto con Nora mientras ambas se iban riendo por el pasillo.
Ian también fue a salir pero cerré la puerta antes de que lo hiciera.
-¿Matar te resulta gracioso?-Le dije susurrando aún sin creerme que hubiese matado a alguien.
-Una mosca Ainara, he matado a una mosca-Me respondió volviendo a aumentar la risa.
¿Qué?
Este tío me tiene que estar tomando el pelo.
-Solo quería vacilarte, que hoy todo estaba siendo muy intenso-Me dijo apoyando sus manos en mis hombros apenas sin poder respirar después de todo lo que se había reído.
-Tu estás enfermo-Le dije quitando sus manos de mis hombros soltando un pequeño suspiro de alivio.
-Si no me ha dado tiempo darling, he estado todo el día pegado a tu culo-Me dijo como si estuviese hablando a un niño pequeño.
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MIRADAS QUE MATARÁN
RomanceHuir de Canadá para irse a Nueva York con una vieja amiga de la universidad y tener una nueva vida lucía muy bien, ¿Verdad? , lo que nadie sabe es el motivo por el que huir no fue nunca una opción para Aura, una chica la cual la vida no le había pue...