5.LA BOTELLA

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Nos repartimos todos en varios coches, Harry e Ian decidieron irse juntos y las chicas y yo fuimos al coche de Nora.

Menudo coche manejaba.

Era un Jeep negro, pero bueno que podemos esperar de una diva como ella.

-Y bueno Ainara cuéntanos un poco de ti- Pregunto Ainhoa girando el cuello hacia la parte de atrás para mirarme.

Pues es bastante sencillo.

Bueno pues como explicarlo, he huido de Canadá porque mi ex era un psicópata, se puso celoso y mató a un amigo mío, yo le ayude a descuartizar el cuerpo y esconderlo.

Luego encontraron el cuerpo y le incriminaron, elimine todas las pruebas que me involucraron, el decidió mandar todo a la mierda por una morenaza de cuarenta años y ahora estoy aquí mientras busco pruebas para sacarle de la cárcel, para que sus sicarios no me partan las piernas y acabar como mi querido amigo.

Que en paz descanse. Amén.

Menos mal que no lo dije.

-Yo vivía en Vancouver, lo dejé con mi pareja tras ponerme unos cuernos tan grandes como los de un ciervo y el campo se me hizo aburrido en soledad, hablé con Helena y ahora estoy aquí.-Dije sonando graciosa.

-Pues ya de aquí no te vas, nos negamos, hemos decidido que nos caes demasiado bien- Añadió Nora guiñandome un ojo por el retrovisor.

No, claro que no me voy, a no ser que me encuentren y tenga que correr por mi vida.

Literal.

-Sabía qué os llevaríais bien- Dijo Helena orgullosa de habernos presentado.

Llegamos a un edificio justo enfrente del Times Square y Nora le dejó su coche a un guardacoches para que lo aparcara por ella.

Subimos a la planta de el ático y cuando se abrieron las puertas del ascensor solo se podía entrar con llaves, algo que me resultó curioso al acceder a una planta con una llave.

Luego entendí porque, su casa era toda la planta.

El piso era inmenso, habia un gran ventanal en la sala de estar donde se podia ver todo Nueva York, todo el inmobilario era blanco menos las cortinas que eran de color marrón.

La cocina estaba aislada al igual que las habitaciones y el baño que también eran bastantes grandes.

Sonó el timbre y aparecieron los chicos riendo.

Espera. ¿Ian riendo?

Me di cuenta que tenía una sonrisa perfecta, tenía los dientes perfectos, debía de sonreír más.

-Vale a ver, ¿Tailandes o Italiano?-Preguntó Nora en general enseñando al aire dos folletos.

-Por mi Italiano-Contestó Harry dejando su chaqueta sobre el sofá.

-Italiano-Contestó Ian también.

A Helena, Ainhoa y yo sin embargo nos daba igual.

-Pues decidido, Tailandes- Dijo Nora riendo.

-¿Pero en qué momento, a nosotros no se nos toma en cuenta?-Preguntó Ian con un resoplido mientras se apoyaba en la pared.

-Eso- Apoyó Harry a la pregunta de Ian.

-No-Respondió Nora riendo-Dejar de llorar por dios.

-Di que si Nora- Añadi para apoyar a Nora.

Nora llamó y en nada nos trajeron la cena, una de las mejores cenas que he probado de un Tailandes, ostia se notaba la calidad.

Para pagar esa cena hubiese tenido que vender un riñon, por suerte para mi, sabia perfectamente donde estaba ubicado.

No porque hubiese ayudado a descuartizar un cuerpo, eso lo aprendí en el colegio.

Después de cenar a Helena se le ocurrió la fantástica idea de jugar a verdad o reto con una botella para conocerme y conocernos mejor todos.

Aquí el juego era diferente, no podías decir reto más de dos veces seguidas o verdad más de dos veces seguidas, si no te tenias que quitar una prenda.

Di que si Helena, como aquí nadie tiene secretos, pensé con ironía.

-¿Venga quien empieza la primera girada?-Preguntó Harry.

-Tu por hablar- Le contestó Ainhoa mientras le apoyaba la mano en el muslo con gesto de cariño.

Harry giró la botella.

Di que si, la botella apuntó hacia mi.

-Verdad o reto-Pregunto Harry moviendo las cejas.

-Reto- Respondí sin pensarlo dos veces.

-Sal a la terraza y grita un super gemido-Preguntó con picardía.

-Harry-Le dijo Ainhoa como si se hubiese pasado.

Fácil.

-Tranquila no pasa nada, un reto es un reto-Respondí sin vergüenza.

Necesitaba ver la cara de Ian tras la propuesta de Harry, lo mire de reojo y pase justo enfrente de él para molestarle más.

Vi cómo tragaba saliva y sonreía con picardía atento de cada uno de los movimientos que había hasta llegar a la terraza.

En la calle había bastante gente pero eso no me impidió para nada cumplir con el reto asique, eso hice, gemi tan alto que perfectamente me podía haber escuchado todo Nueva York.

Vi como todos se quedaron boca abiertos, la verdad es que había parecido uno real e incluso noté como Ian se puso nervioso sin perder su frialdad de siempre.

Pase de nuevo por delante de Ian y tire una servilleta justo a su lado, al subir le susurre con discreción.

-Y no has visto cómo son los naturales-Le dije con picardía.

Cogí la servilleta y me levanté como si no hubiese pasado nada.

-Me toca-Gire la botella con entusiasmo y le tocó a Nora-¿Verdad o reto?

-Verdad-Contestó riendo.

-Gracias a este mundillo de cantante, ¿Te has tirado a algún buenorro relacionado con eso?-Pregunté riendo.

-Afirmativo, de hecho mi novio es manager- Respondió sonriendo y bebiendo un sorbo de su copa.

-¡Es cierto! ¿Y Kaden?- Preguntó Helena con un puchero.

-Preparando nose que en la discográfica, ojalá estuviera aquí, Ainara ya te lo presentare- Dijo Nora mientras se acercaba para girar la botella.

Ian, la botella apunto a Ian.

No podía perderme el momentazo que se aproximaba, cruce las piernas y le mire sin apartar la vista de él ni un segundo.

-¿Verdad o reto?-Preguntó Nora más rápido que una bala, como si supiese que decir en cada opción.

-Reto- Respondió incorporándose.

MIRADAS QUE MATARÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora