¡¿Justin Oppa?! ~『Taekook』

36

🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃

🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃🍋🍃

Jungkook había pasado una tarde de ensueño.

Había estado todo el día con su novio, a los besos, comiendo gelatina, viendo anime y películas, jugando algunos videojuegos, y aveces intentando jugarle encima en algunos momentos... Sin éxito claro.

Aunque era realmente molesto e incómodo tener que echarse talco mentolado a cada rato, tenía que admitir que poco le importaba su varicela porque a su Cuchurrumí no le molestaba, pero a veces solo quería arrancar las pielsitas de los picosos granos.

Aún así se mantuvo entretenido el resto del día. Pero ahora, acostadito en el sofá con su hyung viendo una película, no pudo evitar comenzar a preocuparse al caer en cuenta que talvez era el último día que vería al amor de su cochina vida.

— Tae...

Musitó alzando su mirada hacia el mayor con una inevitable expresión afligida. Kim solo hizo un ligero movimento de cabeza en señal de que lo estaba escuchando, sus ojos estaban muy concentrados en lo que sucedía en la pantalla grande.

— U-Usted...—. Quería pedirle que se quedase a dormir otra vez, pero sabía qué era más que problabe que él le diría qué no. Además de qué ya llevaban algunos días juntos contando la salida del sábado.

— ¿Yo qué? —. El castaño finalmente se giró a verlo. Y no pudo evitar entrar en algo de pánico al ver como su pequeño lo miraba. Sus grandes ojitos estaban bien abiertos y brillosos, pero de forma qué parecían aguantar lágrimas para evitar terminar de cristalizarse. Esto lo confirmaba su respiración irregular.— ¿Qué sucede? —.

Preocupado, Taehyung lo atrajo un poco más hacia su pecho y acarició su espalda con cuidado, buscando reconfortarlo y no provocarle más comenzón. Su silencio le hizo comprender la razón por la que él intentaba no llorar.

— Es trabajo, eres el único en mis ojitos, e intentaré volver lo más pronto posible para ti. Por favor no llores amor mío, solo serán unas semanas—. Replicó poniéndole pausa a la película en lo que dejaba escapar un casto suspiro. Aún le costaba entender por qué a él le costaba tanto confiar en él. Simpre le recordaba que era el único.

— T-Tres semanas es casi un mes... —. Tragando saliva y respirando profundamente para evitar que sus sentimientos salieran a flote, Jeongguk alzó la mirada nuevamente hacia él, estremeciendo de los nervios al ver a su mayor tan serio. — L-Lo siento... N-No voy a llorar hyung... —. Aseguró con una temblorosa voz. No quería ser una molestia.

— A-Amor... No te dije nada, ¿Qué sucede? ¿Por qué te pones así? —. Kim indagó algo preocupado y confuso. Según él solo estaba pensando, no comprendió por qué su niño comenzó a sentirse tan inseguro nuevamente. — ¿Estás bien bebo? —.