¡¿Justin Oppa?! ~『Taekook』

09

— Jeon Jeongguk... —.

— ¡Sí! —. Exclamó el nombrado con una gran sonrisa.

—¿Aceptas a... —.

—¡Sí! —. Interrumpió dando un pequeño salto de emoción.

—Y usted, Justin Bieber, ¿Acepta a Jeon Jeongguk como su legítimo esposo? —. El anciano se dirigió al rubio frente al azabache.

— Yes —. Musitó este.

— Entonces, yo los declaro... Jungkook... Despierta..—.

—¿Uh?—. El nombrado se volteó a mirar al sacerdote, quien al parecer ahora tenía el rostro de Taehyung. —¿Hyung? ¿Qué haces aquí?—.

—Jungkook—. El castaño repitió su nombre. — Jungkook, ¡Jungkook!, ¡Jeon Jeongguk!—.

— ¡¿Qué te sucede?! —.

— ¡Despierta Carajo! —. Taehyung lo sacudió molesto, llevaba largos minutos intentando despertarlo.

—¡¿Uh?! ¡¿Qué?!—. Tomó asiento rápidamente y ahogó un gemido de dolor al sentir su trasero y espalda baja doler. —¡A-Arruinaste mi... Boda!—. Exclamó frunciendo sus labios con molestia.

—Niño, tu boda me interesa un comino, ahora levántate y ponte algo abajo, necesito cambiar las sábanas—. Habló con el ceño levemente fruncido, las patadas del menor mientras dormían lo había puesto un poco de mal humor.

Jungkook bufó y mordió su labio inferior sin intención de levantarse.

— ¡Arriba! —. Exclamó otra vez. Pero este estaba demasiado adolorido para acatar sus órdenes.

— N-No quiero... —. Musitó cabizbajo, estaba totalmente avergonzado de haberlo hecho con el mayor. Ni siquiera quería verlo a los ojos.

— ¿Aún... Te duele?—. Preguntó rascando su cabeza pensante. A lo que este simplemente asintió. —Ash... Tampoco fue para tanto...—.

— ¡Fue mi primera vez viejo! —. Recalcó nuevamente para luego taparse con las sábanas hasta la cabeza.

— Lo sé lo sé, pero tengo que cambiar las sábanas, tienen mucho olor a transpiración y manchas de semen —. Terminó por decir en un tono cansado mientras intentaba destapar al azabache.

— ¡Uhh! ¡Cinco minutos más! —.

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[ Flashback 🌚🔥]

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— ¿P-Podrías hacerlo? —.

Jungkook aún sentadito sobre él, intentaba hacer presión sobre su entrepierna.

— ¡¿P-Por favooor?! —. Insistió sacudiéndolo.

Sus mejillas estaban totalmente encendidas, y su corazón alborotado. Pues le daba bastante vergüenza pedirle algo así a alguien que apenas conocía. Pero en este momento su entrada se sentía extraña debido a esa “Crema para anos”,  y estaba realmente excitado.

Se había encargado de su erección, pero era otra parte la que necesitaba atención.

—¡¿Acaso te volviste loco niño?! —. Exclamó tomándo asiento, a lo que jadeó al hacer fricción contra el trasero de este.