Rumores [Terminada]

Prueba de valentía parte 2

.
.
.

Está familia suele ser reconocida por llevar un burro en sus viajes. Sin embargo, Loùbo murió hace unos años y no han conseguido otro por la simple de razón de que esa mascota se consiguió especialmente para que Cange Sanren se transportará en su embarazo. La mujer no le gusta quedarse quieta en ningún sitio y el burro fue de ayuda en ese estado en el que se necesita reposo y su esposo obviamente le cumplió su capricho.

El camino a Muelle de Loto no era tan lejano desde Yiling por lo que ir a pie era la opción que más les agrado a todos.

La pareja principal iba teniendo atrás una agradable charla mirando a unos cuantos pasos de diferencia a tres traviesos jóvenes que jugaban con todo lo que les brindaba el camino.

— ¡Suelta esa cosa! — Wei Yang tomaba de escudo a Jiang Cheng

— Solo es una serpiente, no es venenosa A-Yang — Decía con total y fingida inocencia Wei Wuxian

— Ponla en el suelo, no me pienso acercar a ti con esa cosa en tus manos

— Wei Xue ¿Te dan miedo las serpientes? — Jiang Cheng estaba en medio de esta estúpida pelea de hermanos y no sabía como salir de ahí

Wei Xue sostenían los hombros de Jiang Cheng con cierto grado de fuerza — No es que me asusten pero tampoco me agrada tenerlas cerca de... ¡Wei Wuxian no te atrevas a meterte eso a la boca!

La risa del mayor estalló y dejo ir al animal que salió despavorido del lugar, huyendo lo más rápido posible. No era mentira que no era una serpiente venenosa pero le gustaba jactarse de ser el valiente y que una serpiente jamás le haría ningún daño

— A-Ying siempre es creativo con las cosas que tiene cerca — Sonrió Wei Changze por el común espectáculo

— A-Yang es alguien muy valiente con todo ¿Por qué le huye a una serpiente? — La madre limpio una lágrima que abandonó su ojo por una carcajada anterior

— No le teme a las serpientes, lo he visto jugando con ellas. Tal vez lo peligroso es A-Ying con la serpiente — Suspiro el hombre con esa conclusión en mente

— Es un buen punto — Sanren seguia viendo el espectáculo a lo lejos pero era extraño su silencio repentino

— A-Ren ¿En qué piensas? —la intuición de Wei Changze era muy acertada en la mayoría de los casos

— Dos cosas. La primera es sobre ver de nuevo a la Tercera Dama Yu, bueno... A mí no me importa verla, pero ella seguro quiere verme tres metros bajo tierra — Un bello puchero se formó en sus labios y cruzo sus brazos ofendida

— A-Ying le tiene más respeto del común, por favor dime qué no le has dicho historias tan exageradas — Wei Wuxian es todo un prodigio en la Cultivación y en las artes. Pero si su madre decía que el agua es púrpura, para Wei Wuxian el agua es púrpura.

—No he dicho nada de esa mujer, al menos a A-Ying — Una risa traviesas salió de sus labios antes de continuar —Lo segundo es que quería disculparme contigo A-Ze — Su voz sonó sería en la última parte lo cual le rompió lentamente el alma a Wei Changze — Muelle de Loto es el lugar en donde pasaste la mayor parte de tu vida, se que querías compartir muchas cosas conmigo en ese sitio pero no hemos tenido mucha suerte

El hombre solo se limito a sonreír mientras tomaba la mano de su esposa y plantaba un beso sobre el dorso de esta. Cange Sanren era difícil de avergonzar pero cuando su esposo se dignaba a hacer cosas tan simples como esas, su rostro variaba en diferentes tonos de rojo.

— No tienes por qué disculparte. Dejaste tu hogar para conocer el mundo ¿Porque no hacer lo mismo yo también?

— A-Ze tu... — Quería rendirse simplemente ante esas dulces palabras, aún que tuviera muchas cosas que decir, la mayoría arruinaría ese dulce momento

—La verdad yo quería disculparme por no poder defenderte correctamente cuando la Tercera Dama Yu te molesta — Su sonrisa era brillando en esta ocasión permitiendo mostrar sus dientes — Gracias por tu consideración A-Ren

— Y-yo sé que le tienes respeto y no tienes porque defenderme de ese tipo de situaciones, siempre y cuando estés de mi lado no me sentiré molesta

— Lo estaré

Las manos siguieron entrelazadas un rato más y en un fugaz momento de distracción de los jóvenes Wei Changze aprovecho a dejar un suave beso en los labios de Cange Sanren

— Desvergozado — Dijo la dama con un sonrojo

El hombre dejo salir una carcajada con un leve sonrojo en sus mejillas — No se de qué me hablas A-Ren. Yo no soy asi.

Ya estaba empezando a anochecer cuando por fin llegaron a la secta Jiang. El aroma de las flores, la fresca brisa y el tranquilizante sonido del agua chocando contra la madera de la canoa.

— A-Die ¿Podemos comprar unas semillas de loto apenas lleguemos al muelle? — Wei Wuxian siempre ama llegar a Yummeng de noche por los puestos de comida que daban vida al lugar

— Lo más posible es que Fengmian este esperándonos, primero saludemos A-Ying — Dijo su padre quien sostenía con su hombro a una dormilona Sanren

— Si señor — Wei Wuxian no había ni llegado al lugar y ya a lo lejos podía visualizar todo tipo de travesuras por todo el lugar — A-Yang ¿Que te parece la vista?

— Todo es muy bonito Xian-gege — Wei Yang estaba encantado con el paisaje tan refrescante. Lo tenía encantado.

También quien estaba encantado y orgulloso de las reacciones de ese par era el Joven heredero de Yummeng que interiormente estaba creciendo en orgullo con sus brazos cruzados y sonrisa satisfactoria

— ¿Sabes que es lo más triste de este sitio Xian-gege? — Dijo con un tono desanimado el menor

— ¿Triste? ¿A qué te refieres? — Menciono el mayor siguiendo su juego

— Que ni adentro ni afuera de casa Wanyin-gege deja esa fea expresión en su rostro — Dijo señalando a la víctima que ya empezaba a sufrir un ataque de nervios por la pregunta que había hecho antes

— ¡Tu-! — Se acercó a el con su brazo rodeando su cuello

— ¡Xian-gege! ¡Sálvame! ¡Wanyin-gege me quiere matar! — Grito intentando soltarse del agarre de Jiang Cheng en vano pidiendo ayuda porque Wei Wuxian no podía ayudarle por la cómica escena

— No se muevan tanto, se pueden caer

Esa voz hizo detener todo, pues no fue Wei Changze quien hablo sino el mismísimo Jiang Fengmian.

— Hola Fengmian, tanto tiempo sin verte — Saludo su mejor amigo mientras los más jóvenes se separaban y fingían que nada había pasado

— Lo mismo digo
.
.
.
.