Mi nombre es A-Ying

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Un fuerte golpe se escucha en la profunda noche, antes de que el grito desgarrador de un infante resuene en total la habitación... Un grito de auxilio, como si temiera al destino que le correspondía cumplir en el viaje de su vida.

Una mujer con sus cabellos desordenados corre lo más rápido que puede y se tira al suelo para lograr ver al pequeño que parecía tener apenas el año de nacido. Su madre procede a acunarle en sus brazos para calmar su dolor; para hacerle sentir seguro.

— A-Ying, estoy aquí. Tu A-Niang está aquí. No te asustes mi pequeño. A-Niang está contigo

El esposo preocupado tambien había acudido al pequeño y al ver a sus dos amores a salvó los abrazo. La madre del pequeño aún temblaba y las lágrimas de culpa, felicidad y miedo corrían por sus mejillas apretando al pequeño que se negaba a soltar

— A-Ren no te asustes — El hombre beso la frente de la mujer y consintió sus cabellos — A-Ying está bien...

La mujer respiraba con dificultad y empezaba a calmarse — Tienes razón. Está a salvó... Estamos con él.

Las montañas siempre serán la mejor imagen que tengas al comenzar la mañana y la mejor compañía en un viaje

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Las montañas siempre serán la mejor imagen que tengas al comenzar la mañana y la mejor compañía en un viaje.

— ¡BURRO LADRÓN!

Claro que no seleccionas mucho quien te acompaña

Un animal de orejas largas, rebusnaba por el mal servicio del comerciante ¿Cómo que habían tantas verduras y ninguna le pertenecía?

— Lo siento, creo que le causamos una molestia señor. Pagaré por lo que se comió — Decía un hombre con suave sonrisa, ropas oscuras y una bella campana con decoración de loto en su cintura

Por otra parte una bulliciosa mujer de blancas ropas reía a todo pulmón con su pequeño hijo sujetando una de sus manos curioso por la escena y tentado por la risa de su madre.

— Se comió una canasta completa de papas -Dijo el comerciante aprovechando el descuido de la pareja

— Luòbo no es alguien tan glotón, supongo que solo fueron dos o tres papas — Su voz fue relajada pero helada una amenaza que solo percibirá el comerciante

— ¿Cómo fue que llamo al burro? ¿"Zanahoria"? ...ah... No importa, no importa págame lo que usted crea

La sonrisa de aquel joven padre volvió a sus labios y le brindo una justa propina por los problemas causados por la mascota de la familia.

La sonrisa de aquel joven padre volvió a sus labios y le brindo una justa propina por los problemas causados por la mascota de la familia

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— A-Ren deberías ser más cuidadosa con el burro

— ¿Viste la cara de ese sujeto? - Dijo con una bella sonrisa deslumbrante que caracterizaba a la mujer — Casi se muere de un ataque al corazón. Este burro de verdad no es muy atractivo pero no debería reaccionar así... Ah.. oye ... Loúbo quieto

Su marido jalo con cuidado las riendas para tranquilizar al ofendido animal. Por otra parte podía sentir como en sus hombros una pequeña masita parecía temblar.

— A-Ying si quieres reír, hazlo. No me molestaré

— A-Ying se equivocó, no amarre bien el burro y se soltó - La disculpa no sonaba sincera, tenía un toque de culpa para con su padre pero tener un dolor de estómago por aguantar la risa tampoco era sano

— A-Ying tu padre no está molesto y es porque también le pareció divertido — consoló la madre encima del animal — ¿Verdad A-Ze?

El hombre solo dejo salir una pequeña risa para confirmar lo que decía se esposa. Esto dio alivio al sonriente niño en su cabeza permitiendo que su risa fuera idéntica a la de su madre. Con la única diferencia de que ahora él tenía un fuerte ataque de risa, el padre casi temiendo que no respirara correctamente .

— Es mejor cuando sonríes A-Ying — suspiro el hombre dejando ser al niño un niño frente a sus tiernos y traviesos actos

— A-Ying heredarse mi risa, con ella puedes conquistar el mundo

— ¿Ehhh? ¿Es verdad papá?

- Por supuesto, es la sonrisa más hermosa en todo el mundo

Ambos aludidos sonrieron ofuscando al mismo sol pero la reina entre ellos tenía un leve sonrojo en sus mejillas por las palabras de su esposo

— ¡A-Ying conquistará mundo con su sonrisa!

— A-Ying no te muevas tanto, te caerás - Ordenó el hombre con suave voz pero severa

Hasta aquí el primer capítulo es un poco corto pero me esforzaré en trabajar bien esta historia en la que quiero que esas inseguridades de Wei ying sean más consoladas por sus padres

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Hasta aquí el primer capítulo es un poco corto pero me esforzaré en trabajar bien esta historia en la que quiero que esas inseguridades de Wei ying sean más consoladas por sus padres

Hasta la próxima :3

Rumores [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora