• BYRON, 15 años •
⚜️ BYRON ⚜️
Encendí la play Station tran recibir un mensaje de mi mejor amigo Cobby Sandolli para que me conectara a jugar con él.
Muchas ganas de jugar no tenía, pero tampoco tenía mucho más que hacer esa tarde.
Busqué por la habitación los auriculares que me habían regalado especialmente para la consola sin tener mucho excito. ¿Dónde los había metido?
“¡By, necesito tus auriculares para conectarme con unos compañeros de clase! ”
La voz de mi hermana resonó en mi cabeza haciéndome negar con la cabeza.
Había olvidado por completo que Summer me los había pedido a principio de semana.
Volviendo a negar con la cabeza, me dirigí al cuarto de mi hermana que solamente ocupaba cuando se quedaba en casa. Desde que había nacido, mi hermana siempre había vivido con su madre, por lo que toda su carrera estudiantil la había pasado en la ciudad vecina. Eso sí, casi todos los fines de semana se quedaba en casa con nosotros.
Abrí la puerta de su habitación sin ni siquiera molestarme en tocar la puerta con un único objetivo.
-Summy, ¿has visto mis... –Mi cuerpo se congeló en el instante en el que me percaté que el ordenador portátil estaba abierto y en la pantalla salía la dulce y angelical cara de Joyce. –Vaya... Umm... ¿Te conozco?
Ella casi que saltó en su sitio al oírme decir aquello. Lo único que quise hacer fue una broma para romper la tensión del ambiente...
-Byron...
-Disculpa, Joy. –Respondí de manera seria al ver que ella se había puesto seria también. –No esperaba verte precisamente...
-Summer no está... –Se limitó a decir evitando a toda costa mirarme a los ojos. ¿Por qué me privaba de ver sus bonitos ojos?
-Ya veo, ya... Solo vine a preguntarle si había cogi... –La pantalla se quedó en negro haciéndome fruncir el ceño. ¿Se había cortado? ¿O había sido ella quien había cortado? –¿Joy?
Suspiré resignado al imaginar que aquello no había sido para nada al azar. ¿Por qué eres tan idiota, Byron?
-¡¿Qué estás haciendo en mi habitación?! –Me sobresalté girándome hacia la voz con la mano en el corazón.
-Joder, Summer. No vuelvas a asustarme así. –La castaña de ojos azules rió antes de darse cuenta de que en la pantalla del ordenador ya no estaba su amiga.
-¡No! ¡¿Qué le hiciste a Joy?!
-Nada. ¿Qué le voy a hacer? Se cortaría la llamada sola...
-¡Mentiroso! Algo os traéis entre manos vosotros dos y no queréis decirmelo...
-Claro que no, idiota. ¿Por qué tendría que pasar algo entre nosotros? –Mentí dirigiéndome hacia la puerta no queriendo seguir tocando el tema.
Las mentiras nunca me habían gustado mucho, pero ocultar la relación que había tenido con Joy el verano pasado era algo que debía hacer. No estaba orgulloso de ello, por supuesto, pero si mis padres o los de Joyce se enteraban de lo que había pasado entre nosotros, se enfadarían mucho y no quería que hubiera una posible ruptura de amistad después de tantos años.
.
⚜️ NARRADOR OMNISCIENTE ⚜️
-¿By?
-Oh, hola, mamá...
-¿Estás bien, cariño? –Preguntó Giulia Reened preocupada al verlo pensativo en medio del pasillo.
-Sí...
-¿Seguro? –Le sonrió cálidamente pasándole un brazo por los hombros para guiarlo hasta su habitación.
-Sí, solo fui al cuarto de Summer a por mis... –Se llevó la mano a la frente al percatarse que había vuelto con las manos vacías. –No importa, mamá, pero estoy bien.
-Sabes que puedes hablar conmigo de cualquier tema, hijo...
-Lo sé. –Ahora quién le sonrió fue él cogiendo su móvil de la cama cuando había comenzado a sonar. –Es Cobby...
-Bueno, bueno, te dejo hablar tranquilamente. –Se acercó a dejar un beso en su frente antes de dirigirse a la puerta. –No olvides que te quiero.
-Y yo a ti. –Le respondió antes de contestarle a su amigo.
Por su parte, Giulia sabía que a su hijo le pasaba algo. Su instinto maternal le decía que algo no iba bien con el adolescente desde que habían vuelto de las vacaciones de verano pasadas, pero todavía no había encontrado cual podía ser el problema.
-¿Dom? –Preguntó al llegar junto a la puerta de su estudio. –¿Estás muy ocupado?
-Nunca estaré muy ocupado para ti, Bambi. ¿Qué pasa? –El hombre recogió los papeles que había estado leyendo para prestarle toda su atención a su esposa. –¿Por qué tienes esa cara?
-Estoy un poco preocupada... – Murmuró ella acercándose hasta los marcos de fotografías que habían sobre la estantería lateral. –Siento que a Byron le pasa algo...
-¿Algo? ¿A qué te refieres?
-Sí, no sé... No te parece que... – Suspiró sin saber muy bien que palabras utilizar mientras que pasaba los dedos por la fotografía de su primer hijo siendo un bebé.
-¿Qué? –Insistió Dominique para que continuara.
-Presiento que algo pasa entre Joyce y él. ¿Y si ya no son amigos?
-¿Por qué lo crees, amor? Si algo pasó entre ellos, es mejor no meterse. Son cosas de adolescentes.
-Pero sabes los sentimientos que tiene Byron por ella. Joy es la chica ideal para nuestro hijo.
-Y eso solo lo debe decidir él mismo, Bambi. Si de verdad están hechos el uno para la otra, pronto encontrarán el camino para estar juntos.
-Hmm... –Murmuró no muy convencida cogiendo la fotografía del día de su boda. –¿Y si no es pronto? Nosotros tuvimos que esperar cuatro años...
-Pero lo importante es el final, no el principio. Y a pesar de esos años alejados, supimos volver a encontrarnos. –Giulia sonrió feliz en cuanto notó que su marido se había acercado hasta ella.
Dejó aquella fotografía bien enmarcado donde estaba antes de girarse hacia él para besarlo.
El año que viene cumplían dieciséis años de matrimonio y no podían estar más unidos y felices que nunca. Claro, algunas veces discutían y se enfadaban el uno con la otra como cualquier pareja normal, pero el amor que sentían por el otro siempre era más fuerte que todas las peleas.
Precisamente eso era lo que Giulia quería para sus hijos, qué encontraran a una persona como Dominique. Ella sabía y tenía la corazonada que algún día Joyce se convertiría en su hija en la ley, y no estaba más que ansiosa y feliz de poder recibirla con los brazos abiertos cuando ese día llegase.
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500 Margaritas
Teen FictionJoyce Carson y Byron Reened pertenecían a dos grandes familias prestigiosas de distintas ciudades. Sus caminos se habían encontrado unidos desde el primer momento en el que se conocieron. A diferencia de otras familias, las suyas eran mejores amiga...