Capítulo 30

158 16 0
                                    

⚜️ BYRON ⚜️

-Es broma... -Murmuré tras unos segundos de silencio.

-¿Cómo crees que la vida de alguien es una broma, Byron? -La defendió papá dejándome aún más petrificado en mi lugar.

-E-esto no puede ser...

-Lo es cuando dos personas mantienen relaciones íntimas muy seguidamente.

-¡Pero hace meses que no tenemos relaciones! -La acusé apuntándola con el dedo.

¡Era imposible que estuviera embarazada si no tenía ni barriga!

-¿Insinúas que este niño no es tuyo? - Preguntó ella ofendida llevándose las manos a la barriga.

-Yo mismo le pedí a nuestro doctor de confianza que le hiciera una prueba hace unos días y es afirmativa, hijo. - Miré a papá completamente sorprendido.

¿Había acudido a mi padre hacía unos días antes que a mí, que soy el supuesto padre?

-Tengo casi cuatro meses, Byron. Haz cálculos y te saldrán las cuentas. - Tiffany me entregó una hoja de papel donde estaban los resultados de la prueba que le habían hecho en el hospital.

Efectivamente, estos confirmaban lo que ambos estaban diciendo.

-Me cago en la... -Resoplé pasándome las manos por la cara completamente estresado. -Lo hiciste a traición, ¿no?

-¿Qué?

-No vayas por ahí, Byron. -Me cortó papá severamente. -No voy a permitir que digas esas cosas y menos delante de mí. Ese bebé es responsabilidad de los dos te guste o no.

-¡¿Pero no lo entiendes?! -Grité alterado. -¡No puedo tener un hijo! ¡No ahora! -La cara de Tiffany cambió al oír mis palabras. -¡Y no con ella! ¡No puedo! No puedo... -Cerré los ojos sintiendo las lágrimas acumularse en ellos en cuanto en mi mente apareció el dulce rostro de Joyce.

¿Cómo diablos iba a decirle ahora que Tiffany estaba embarazada y que muy probablemente el bebé era mío? ¿Cómo iba a decirle que había cometido otro error después del primero? ¡No iba a perdonarmelo en la vida!

-No voy a deshacerme del bebé... - Abrí los ojos mirándola completamente furioso. -Y tampoco estoy aquí por dinero, si es lo que crees, Byron. Solo quería que lo supieras porque a pesar de todo, este es tu hijo también. -Se giró hacia mi padre dejándome de lado. -Gracias por la ayuda, señor Reened. Ya tiene mi número si necesita ponerse en contacto conmigo.

Dicho esto, me esquivó para salir de la habitación dejándome a solas con mi padre.

-Papá...

-¿Cuántos años crees que tienes, Byron? -Preguntó apoyándose en su escritorio cruzado de brazos. -Porque dejaste de ser un niño desde el primer minuto que decidiste que ya estabas preparado para intimar con alguien.

-Pero...

-No me interrumpas cuando hablo. - Resoplé agachando la mirada enfadado. -Aún no podrás tener la mayoría de edad, pero con tus actos estás demostrando lo contrario y voy a tratarte como tal. ¿Tienes idea de lo que un hijo significa en la vida? ¿Las responsabilidades que vienen con ello? ¿El sacrificio y dolor que muchas personas deben hacer y sentir al enterarse que no podrán concebir? Y sin embargo, hay otros que no se toman esto para nada en serio. Qué irónico es el mundo, ¿eh?

-No quiero a Tiffany... -Murmuré volviéndolo a mirar. -Al menos no de esa manera, papá. ¿Qué harías tú si otra mujer viene diciendo que está embarazada mientras que estás con mamá?

-Te recuerdo que yo también tuve que vivir algo parecido, Byron. Tu hermana Summer apareció en nuestras vidas cuando tenía nueve meses, ¡Por Dios! -Alzó la voz haciéndome enderezar. -¿Y que hice yo? ¿Huí dejando mis responsabilidades a un lado? No, ¿verdad? Pues lo mismo tendrás que hacer tú quieras o no quieras a esa chica. -Suspiró tomando una pose más relajada mientras que mi cuerpo aún seguía temblando por los nervios. - Nadie te está pidiendo que te cases con ella, o que formes una familia con ella, Byron. Lo único que quiere esa chica, y por ende yo, es que te hagas responsable de tus actos. Ese niño o niña lleva tu sangre, y no permitiré que un nieto mío quede abandonado a su suerte cuando se puede evitar.

-Me estás obligando a...

-¡Por el amor de Dios, Byron! ¿Quiéres abrir los ojos y darte cuenta de la situación en la que te encuentras? ¡Qué estamos hablando de un niño, no de un objeto!

-¡¿Pero como quieres que me encargue de un bebé sin trabajo y sin nada?!

-Haberlo pensado antes de hacerlo, Byron. Ahora ya está hecho, y no hay marcha atrás. -Volvió a suspirar acercándose a mí para ponerme la mano en el hombro. -Se que estás preocupado, incluso asustado y es comprensible, hijo. Pero Joyce no va a abandonarte. -Alcé la cabeza rápidamente mirándolo a los ojos.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque tu madre no lo hizo conmigo. -Mis ojos volvieron a cristalizarse sintiendo mi labio inferior temblar como cuando era pequeño. Necesitaba abrazar y estar con mi madre ahora mismo.

Sin añadir nada más, salí del estudio en busca de mi alma gemela como un alma en pena.

¿Qué diablos iba a hacer con mi vida ahora? ¡Un hijo! Dios, ¿pero como había pasado? ¡Ni siquiera había acabado el instituto o empezado una carrera en la universidad!

Encontré a mi madre de pie junto a la puerta cristalera del jardín trasero moviéndose de un lado al otro nerviosa.

-¡Hijo! -Corrí hasta ella para abrazarla a la vez que comenzaba a llorar. -Ya está, mi niño...

-S-solo tengo dieciséis años, mamá...

-Lo sé, pero estoy aquí contigo. Nunca voy a dejarte solo. -Siguió consolándome sin dejar de abrazarme. -Tu padre también te apoya...

-¡Joy va a odiarme!

-No lo hará, cariño. Joyce es una chica maravillosa que sabrá enten...

-¡Pero no puedo hacerle esto! -La interrumpí gritando. -No puedo hacerle esto otra vez, mamá... No después de que me perdonara y nos hubiéramos ca...

-¿Qué? -Preguntó sorprendida al no esperar aquello. Mierda, mierda, mierda. Esa información aún no se la había dado y acababa de meter la pata hasta el fondo. -¿Os hubierais qué, Byron?

Limpiándome las lágrimas de la cara, me saqué el collar escondido detrás de la camiseta para que lo viera.

Mi madre se llevó las manos a la boca sorprendida a más no poder.

-¿Pero qué hiciste, Byron?

500 MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora