Capítulo 19

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⚜️ JOYCE ⚜️

-Bueno, yo creo que será mejor que me vaya... ¿Dejamos nuestra salida para mañana? –Asentí ante la pregunta de Quim mientras que lo acompañaba a la puerta principal bajo la atenta mirada de Dominique Reened. 

Después de que Byron entrara al estudio de papá, nos habíamos vuelto a quedar en un silencio incómodo. Y esta vez mi madre no había aparecido a intentar discernirlo.

-Perdona por todo esto, Quim...

-No te preocupes, Joy. Nada de esto es tu culpa porque no estaba planeado. –Me sonrió sinceramente para dejar un beso en mi mejilla antes de dirigirse a su coche.

Por mi parte, esperé a que arrancara para volver al salón con el corazón en un puño.

¿Por qué tenía papá que hablar con Byron a solas? ¿Por qué no podía estar yo si eso también me concernía a mí?

-Siento que hayamos arruinado tu tarde, Joyce. –Miré al padre de mi mejor amiga para encogerme de hombros.

-Estoy más sorprendida de que estéis aquí... –Murmuré sentándome frente a él. –¿Por qué no le habéis dicho nada a Summer?

-¿Hubieras preferido que lo supiera?

-No, no... Pero me sorprendió igualmente... –Volví a murmurar esquivando su mirada.

¿Había dicho ya que Dominique Reened me intimidaba? Y no solo por lo distinguido que era, sino por su belleza. De verdad, nunca en mi vida había conocido en persona a un hombre de su edad tan atractivo y hermoso como lo era él. Giulia había tenido mucha suerte de conocerlo.

-Acordamos que lo mejor sería que tú decidieras el cuando y como contárselo. Después de todo, este tema es entre mi hijo y tú, aunque nosotros estemos implicados indirectamente...

-Papá no estaba enfadado...

-Lo sé, yo tampoco. Solo un poco decepcionado por el comportamiento de mi hijo. –¿Era peor estar enfadado o decepcionado?

-¿Sabes? En ese caso también tendrías que estarlo conmigo... Dos personas no duermen juntas si una no quiere... –Murmuré sintiendo mis mejillas sonrojar por tocar este tema con un hombre como él.

-Sí, tienes razón en eso. Pero las cosas cambian cuando... –La voz de Dominique quedó silenciada por unos fuertes pasos provenientes del pasillo que llegaba al estudio de papá y pronto la figura de Byron apareció frente a nosotros aguitado. ¡¿Pero qué había pasado dentro?!

-¿Hijo?

-¡Byron! –Grité en cuanto nos ignoró ambos para dirigirse rápidamente a la puerta principal. –¡Byron!

-Yo me encargo, Joy. Quédate aquí. –Vi a Dominique seguir a su hijo mientras que papá llegaba a mi lado preocupado.

-¿Qué le dijiste? ¡¿Por qué se fue así?!

-Nada, hija. Al contrario. Creí que todo iba bien hasta que salió corriendo... –Apreté los puños frustrada con intención de salir tras ellos, pero papá me lo impedió. –Será mejor que los dejes a solas, cariño. Creo que ese muchacho tiene mucho en lo que pensar...

⚜️⚜️⚜️

No podía dormir para intentar dejar de pensar. Cada vez que cerraba los ojos, veía la cara tan angustiada de Byron antes de verlo marchar.

Dominique había llamado después de un rato para decir que no nos preocuparamos porque estaba con él, pero aún así, la imagen y mi angustia no desaparecía por nada del mundo.

-¿Hermanita? –Giré en la cama hacia la puerta para ver a Maddie junto a ésta. –¿Puedo pasar?

-Sí, adelante... –Murmuré esperando a que viniera a mi lado.

-¿Cómo sigues? Mamá me dijo lo que pasó antes... Aunque si quieres, no tenemos porqué hablar de ello.

-Estoy bien, Mads, creo...

-Hmm... Yo no lo creo, pero bueno... ¿Por qué no lo perdonas y ya está?

-¿Qué?

-Sí, llámame loca, masoquista o lo que quieras, pero si os amáis, ¿por qué no eres capaz de perdonarlo?

-No es eso, Maddie...

-¿Entonces que es? Porque si dos personas se aman de verdad, deberían ser capaz de perdonar todo. Byron está loquito por ti, Joy. Me lo dejó más que claro el día que le dije que me besara...

-¡¿Qué?! –Pregunté incorporándome sorprendida.

-¡No te enfades conmigo! No quería besarlo, en realidad. Sabía que él nunca le decía que no a un reto y se lo propuse el día de Halloween, pero aún así, se negó en rotundo.

-Madison...

-Lo hice por ti, ¿vale? Quería comprobar hasta donde estaba dispuesto a llegar por esconder sus sentimientos hacia ti. Además, ¿qué hubiera pasado si me hubiera besado? ¿Hubieras dejado de hablarme a pesar de que vosotros no sois nada?

-Esto es increíble... –Dije aún sin creer lo que escuchaba. –Somos hermanas. Nunca podría dejar de hablarte.

-Pero sí que estarías enfadada conmigo, ¿verdad? –Negué con la cabeza sin ser capaz de responderle. – Es una suerte que nunca me haya atraído Byron... O sea, es guapo y está bueno, pero nunca ha sido mi tipo.

-¡Madison!

-¿Qué? No es mentira. Además, yo ya tengo a... –Alcé las cejas en cuanto se calló como si se hubiera dado cuenta de que había metido la pata.

-¿Tú ya tienes a quién?

-¡A nadie! A nadie, hermanita... Por cierto, quería preguntarte algo más...

-¿Qué? 

-¿Vas a invitar a ese chico guapo a la fiesta de navidad?

-¿A Quim? –Asintió. –No lo sé... No creo después de todo lo que ha pasado recientemente...

-Yo lo haría. Así pondrías celoso a Byron.

-¿Y para qué quiero ponerlo celoso? Si soy yo la enfadada con él... Además, ¿no me habías dicho hasta hace nada que lo perdonara?

-Sí, pero antes debe sufrir un poco más. ¡La venganza siempre es dulce! –Rodé los ojos ante su descabellada idea.

Lo último que tenía eran ganas de darle celos a Byron o a cualquier otra persona.

Creo que después de lo ocurrido hoy, ambos teníamos una conversación pendiente y estaba más que dispuesta a tenerla si él quería.

500 MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora