Capítulo 13

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~18 DE DICIEMBRE~

⚜️ JOYCE ⚜️

Miré mi disfraz colgado de la percha en el ropero de Summer para suspirar.

Rossi me había traído a Seattle el día anterior para poder recompensar a mi amiga por su cumpleaños.

Summer y Byron cumplían a un día de diferencia, pero por mucho que mi amiga me invitara, yo me había negado excusándome con mis estudios.

¿Era un poco raro asistir a la fiesta de un chico que conocí hace nada y no a la de ella? Sí, pero por mucho que me doliera en el alma, no quería arriesgarme a encontrarme con Byron. De esta manera, espero que la casa de Cobby sea lo suficientemente grande como para no tener que encontrarmelo como lo era la suya.

-¿Joy? ¿En qué piensas?

-Hmm... En nada especial... –Murmuré mirándola desde la cama donde me encontraba sentada. –¿Por qué? ¿Me estabas diciendo algo?

-No, no, pero tenías una carita de pensativa... –Me encogí de hombros sonriéndole para que no se preocupara. –¿Empezamos a prepararnos ya?

-Deberíamos, sí.

-Pues vamos a ello. –Me puse de pie para ir frente a uno de los espejos de su habitación para comenzar a maquillarme.

-¿Y cómo te va con aquel chico?

-¿Quim? –Pregunté mirándola unos segundos.

-Sí. ¿Ya sois novios?

-No, Summy. Sabes que serías la primera persona a la que le dijera que tengo novio.

-Ya, pero... ¿Te gustaría que lo fuera?

¿Me gustaría que Quim fuera mi novio? Quizás sí, no iba a mentir, pero... ¿Aún era muy precipitado para ello? 

-¿Joy?

-No sé, Summy, no sé. ¿Tú quieres que Cobby sea el tuyo?

-¡Eh, no estamos hablando de mí! –Reí ante la cara que había puesto. – Además, no es así de fácil. Sabes que tengo algo con Travis...

-Ya, pero si te gusta Cobby...

-¡Ay! ¿Por qué el amor tiene que ser tan complicado? –Me encogí de hombros manteniendo el silencio.

Que me lo digan a mí, amiga... Qué me lo digan a mí...

-Oye, ¿Y esa cara? ¿Es qué ya no quieres ir?

-Claro que sí, ¿por qué no querría? – Pregunté frunciendo el ceño.

-No sé... Como pusiste una cara tan seria... Además, no eres mucho de fiestas...

-Ya, pero si te soy sincera. ¡Hoy me apetece emborracharme! –Grité haciéndola reír.

Summer tenía razón. Yo no era de salir de fiesta y mucho menos emborracharme, pero...

Por una vez que lo hiciera tampoco pasaba nada.

-Está bien. ¡Disfrutemos de la fiesta entonces! –Ambas chocamos los cinco antes de ponernos manos a la obra con nuestros disfraces.

Debía decir que la idea de Cobby era muy atractiva. De pequeña me encantaba disfrazarme, por lo que ir ahora a una fiesta de disfraces ¡me encantaba!

⚜️⚜️⚜️

Samuel, el chófer de los Reened, nos dejó frente a la mansión de Cobby ya abarrotada de jóvenes por todas partes.

-Llámeme en cuanto quiera regresar a casa, señorita Summer.

-De acuerdo, Sam. Y no te preocupes por venir a buscarnos, papá ya sabe que vamos a quedarnos aquí. –El chófer asintió antes de que nos despidiéramos de él.

A Summer le había costado un poco convencer a su padre para que aquello fuera así. Como ya había dicho, la mansión de Cobby era enorme y el chico nos había invitado también a quedarnos en una de las tantas habitaciones que allí habían.

Al principio, Dominique se había negado a darnos permiso. Había dicho que mientras que estuviera en su casa ahora era responsable de mí y que estaba seguro de que mi padre no me daría permiso para hacer tal cosa. Así que después de tanta charla y charla con mis padres, finalmente accedió.

-¿Y ahora como buscamos a Cobby? – Pregunté frente a la casa mirando las altas paredes.

-Tranquila, ya se encarga él solito de que lo encuentren. –Summer me agarró del brazo para que caminara con ella al interior de la casa donde los altavoces de música estaban subidos a más no poder.

Mi amiga no se había equivocado, Cobby estaba sentado en un trono rojo sobre una pequeña tarima presidenciando el lugar desde lo alto.

-¡Chicas! –Se puso de pie al vernos acercarnos hasta él. –Me alegra ver que al final pudiste venir, Joy. –Le sonreí tímidamente antes de felicitarlo por su cumpleaños. –Y también me alegro de que tú estés aquí, Summy. Tu hermano estaba por ahí antes. – Me tensé al oír sus palabras.

¿Y si me encontraba con Byron durante la noche? Imposible, esta casa era lo suficientemente grande como para cruzarme con él, más si todos los invitados estaban disfrazados y ni siquiera sabía cómo era su disfraz o él el mío.

-¿Dónde están las bebidas? –Pregunté queriendo cambiar de tema.

-En el salón del bar, cielo. Te acompañaría, pero debo recibir a mis invitados...

-No te preocupes, Cobb. –Me puse de puntillas para besar su mejilla antes de dirigirme hacia donde creí que estaba la cocina. –¿Tú también quieres una bebida, Summy? –Me giré hacia atrás a la espera de su contestación, pero mi mejor amiga no estaba por ningún sitio. –¿Summer?

Puse morritos descubriendo que me había dejado sola y ni siquiera se había molestado en decirme nada.

Suspirando, busqué un hueco en la barra para que el chico encargado de las bebidas me sirviera cualquier cosa.

-¿Qué es?

-La bebida estrella de la casa. Hecha especialmente por el cumpleañero. – Me guiñó un ojo a la espera de que probara la bebida. –¿Y?

-Mmm... –Terminé de berberme la copa señalándosela con la cabeza. –¡Está muy buena! ¿Me sirves otra, por favor?

Y así fue como empezó mi noche loca. Entre copa y copa, y bailando sin parar en la pista con cualquier persona.

Quería olvidarme de todo y de todos esa noche, y hasta el momento, lo estaba consiguiendo con éxito.

¿Quién iba a decirme a mí que beber de vez en cuando me sentaba tan bien? Si lo hubiera sabido antes...

500 MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora