Capítulo 20

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~24 DE DICIEMBRE~

⚜️ NARRADOR OMNISCIENTE ⚜️

-¿Estoy guapo?

-¡Por supuesto que sí, monstruito! - Dwight sonrió mientras que su madre le enderezaba la pajarita que tenía en el cuello bajo la atenta mirada de Joyce.

-¡Tú también estás muy guapa, Joyjoyt!

-Todos estamos muy guapos esta noche, cariño. -Respondió Sabrina sonriendoles a los dos tras acabar con su tarea. -Y ahora es hora de poner rumbo hacia la fiesta. ¡Madison!

La adolescente bajó las escaleras muy despacio por los altos tacones que llevaba para llegar al lado de su familia algo nerviosa.

-¿Te encuentras bien, hija?

-Claro, mamá. ¿Nos vamos?

Dawson apareció justamente en ese momento para decirles que el coche ya estaba más que preparado para alcanzarlos al salón de aquel distinguido hotel donde se celebraría una cena de Navidad para toda la empresa C&C Enterprises.

⚜️⚜️⚜️

Como todos los años, la familia Carson tuvo que posar ante las cámaras que habían en la entrada del hotel antes de seguir con su curso. Saludaron a todos los invitados con los que se cruzaban en el camino. ¡Incluso la familia Castle ya estaba allí!

-¡Hombre, amigo! Hoy te adelantaste...

-Sabes que yo siempre soy muy puntual, Dawson. -Raymond y Dawson rieron estrechándose la mano mientras que Felicity y Sabrina se abrazaban alegremente.

-¡Estás muy guapa, amiga!

-No más que tú, desde luego. -Le respondió Felicity sonriéndole antes de girarse hacia las chicas. -Y vosotras también estáis muy elegantes, chicas. ¡Pero el más hermoso de aquí es este hombrecito!

-¡Gracias, tía Feli!

-¿Dónde está Remmy? -Preguntó Joy buscándola con la mirada al no verla junto a sus padres.

-Estaba en el jardín hablando con una de las hijas de Lewis, ¿por qué no vais a buscarla?

-¡Sí! -Gritó Dwight encantado corriendo rápidamente hacia la dirección donde se encontraba el jardín seguido de sus hermanas mayores.

-¿No ha llegado Dominique aún?

-No, aún no. Y ya sabes lo que eso significa... -Raymond sonrió traviesamente mientras que las dos mujeres rodaban los ojos.

Los hombres habían creado una especie de juego que consistía en que el último que llegara tarde a una reunión relacionada con la empresa, debía invitar a los otros al club más ostentoso y exclusivo que hubiera en la ciudad.

-Pareceis unos adolescentes comportandoos de esa manera... - Murmuró Felicity recibiendo con gusto los brazos de su extrovertido marido.

-En el fondo lo somos, cariño. Además, admite que eso es lo que te gustó de mí. A parte de otra cosa...

-¡Ray! -Se quejó la rubia sintiendo sus mejillas enrojecer mientras que Sabrina y Dawson reían.

La verdad era que la relación entre Raymond y Felicity había sido sorpresa para todos y todas. ¿Quién les hubiera dicho a ellos que algún día aquella sencilla chica habladora compañera de Sabrina se convertiría en la esposa de Raymond? Nadie, desde luego. Menos después de la sólida relación que ambos habían empezado por separado. Felicicity con Marc, el mejor amigo de Sabrina, y Raymond con aquella chica que había llevado una vez a la fiesta de la empresa.

Marc finalmente había decidido terminar por lo sano con la chica por haber querido cumplir su sueño de recorrer el mundo solamente con una mochila a cuestas. La había invitado, por supuesto, pero la dulce Felicity se había negado con todo el dolor de su corazón. Al principio, le había costado superar esa ruptura, pero había sido capaz de superarlo y aceptar que quizás el destino tenía mejores planes para ella.

Y no se había equivocado del todo con ello. Había llegado a querer mucho a Marc, sí, pero ese amor no se comparaba por el que sentía hoy día hacia su marido y padre de su hija.

-¡Sabri! -Gritaron de pronto a sus espaldas antes de que Giulia se lanzara a sus brazos. -Lo siento mucho, amiga. De verdad que lo siento... -
Sabrina la estrechó aún más fuerte entre sus brazos intentando que se tranquilizara.

No hacían falta más palabras para especificar de qué hablaban. Ambas lo sabían muy bien e incluso ya lo habían hablado telefónicamente.

-¡Ya era hora, hombre! ¿Qué día nos vas a llevar de copas?

-¿Copas? -Preguntó Summer frunciendo el ceño al oír esa frase. ¿Es qué su padre aún se iba de copas como si tuviera su edad?

-Me alegro de veros a vosotras también, chicas. ¿Mabell no vino?

-No, ya tenía otros planes. -Sabrina asintió antes de mirar al chico que se había mantenido en silencio desde su llegada.

Byron agachó la cabeza rehuyendo de la mirada de Sabrina. Había tenido que ir a regañadientes a esa fiesta por eso mismo. No quería volver a sentirse mal ni que la familia Carson lo hiciera en su presencia. Tampoco quería volver a ver a Joyce, le había prometido a su padre que la dejaría en paz y quería seguir cumpliendo con su promesa.

-¿Dónde está Dwight, madrina?

-En el jardín. ¡Vé a buscarlo! Las chicas están con él también.

-¡Te acompaño! -La apoyó su hermana dándole la mano para dirigirse a dicho destino.

-Yo voy a... Por algo de beber. - Finalizó el chico tras verse intimidado por las miradas de los adultos.

Esquivó a los invitados de a poco antes de toparse con un camarero que portaba una bandeja repleta de copas.

-Gracias. -Fue lo único que dijo antes de beberse el caro manjar de un trago.

Suspiró dejando la copa sobre la bandeja antes de percatarse del par de ojos que lo observaba desde la distancia y que, desgraciadamente, iban a ser su perdición.

500 MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora