Capítulo 31

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⚜️ JOYCE ⚜️

No dejé de tocar el colgante de mi cuello como si de un tic nervioso se tratara sentada en los escalones que conducían a la planta superior.

En ningún momento aparté la vista de mis padres, los que intentaban contactar con la familia Reened desde hacía minutos.

FLASHBACK

-¡Joy, escucha! –La voz de mi amiga alterada me cortó haciendo que mi hermana y yo nos miracemos confundidas. –¡Tienes que llamar a mi hermano o venir urgentemente para aquí!

Mi corazón se aceleró en el momento que oí sus palabras.

¡¿Le había pasado algo a Byron?!

-¿Q-qué pasa?  

-¡Algo muy grave, Joy! 

-¡¿Pero el qué?! –Preguntó mi hermana también poniéndose nerviosa.

-No puedo decirte nada más. No debo hacerlo. Pero por favor, llámalo.

FIN DEL FLASHBACK

Desde su llamada, no había vuelto a conseguir hablar con ella. Summer había dejado caer algo para después esconder la mano sin mirar atrás. ¿No entendía que todo eso me ponía la piel de gallina?

Después de ello, y de llamar muchas veces al número de Byron sin obtener respuesta alguna, salí corriendo en busca de mis padres para que ellos lo hicieran con los Reened. ¡Pero nadie en esa casa cogía el maldito teléfono!

-¿Pero por qué tanta urgencia? A lo mejor no es nada y Summer...

-Sé escuchaba muy preocupada, papá. ¡Incluso yo me asusté! –Dijo Madison apoyando mi postura.

-Bueno, pues no quiero que os preocupéis más ni que estéis ahí paradas. Subid a la habitación y os avisaremos cuando haya noticias.

-Pero... –La mirada que mamá me lanzó me hizo enmudeser para ponerme de pie.

-Así me gusta. –Rodé los ojos comenzando a subir las escaleras con mi hermana antes de que la voz de papá llamara muestras atención.

-¿Dominique? Al fin respondes. –Bajé enseguida las escaleras para acercarme a él impaciente. –Sí, disculpa la insistencia, pero Summer llamó a mi hija muy preocupada y... ¿Qué?

-¿Qué? –Repetí suspendida a sus labios al ver la cara que se le había quedado.

-¿Papá?

-¡¿Qué hizo qué?! –Tragué saliva llevándome la mano al pecho para ocultar mi colgante. Mierda, ¿Y si era eso? ¿Y si habían descubierto que... –De acuerdo, iremos para allá enseguida, no te preocupes... Estoy totalmente de acuerdo contigo, Dom. Hasta pronto.

-¿Daw? –Insistió mamá igual de confundida que mi hermana, pero por desgracia, yo creía saber ya lo que pasaba. 

-Joy, prepara tus cosas. Nos vamos de inmediato a Seattle.

-¿Por qué?

-¡¿Le pasó algo malo a Byron?!

-Hablaremos de camino hacia allí. Maddie, dile a Rossi que prepare el coche, por favor.

-¡Pero, Dawson! –Se quejó mamá siguiéndolo por las escaleras después de haberme lanzado papá una mirada fea.

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