Capítulo 47

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~20 DE NOVIEMBRE~


⚜️ BYRON ⚜️


-¿Y qué planeas para el futuro?

-Terminar los estudios, antes que nada. –Le respondió mi amigo a mi padre con su actitud tan natural.

No me gustaba decirlo, pero mi hermana había aprovechado la llegada de mi hijo al mundo para involucrar más a Cobby en la familia.

Venía a cenar más a menudo a casa e incluso pasaba alguna que otra noche aquí cuando Summer lo hacía.

¿Me molestaba? No, pero a veces me resultaba algo incómodo.

-¿Has pensado donde hacer las prácticas? –Alcé las cejas en su dirección.

¿Las prácticas? ¿Prácticas de la universidad se refería? Pero si aún teníamos que terminar el último año de instituto...

-Hmm... Mi padre quiere que las haga en su empresa, pero aún no estoy seguro...

-Tengo buenos conocidos en algunas editoriales. Si quieres...

-Sí, estaría encantado de echarles un vistazo. Gracias. –Rodé los ojos mientras que me fijaba en mi hermana.

Su cara no podía estar más iluminada. Es más, me arriesgaría a decir que nunca la había visto tan feliz como la había visto en estos meses.

-¡El bebé ya se durmió! –Gritó de pronto Jasmine llegando seguida de nuestra madre. 

Le lancé una sonrisa agradecido a mi madre mientras que ella tomaba asiento en la mesa.

Mi vida con el bebé...

Me hubiese gustado decir que iba sobre ruedas, pero no sería verdad.

Los primeros meses todo iba bien. Tiffany y yo nos compartíamos las tareas sobre todos sus cuidados, pero desde que volvió a vivir en su apartamento, todas esas responsabilidades cayeron solamente sobre mí la semana que me tocaba.

Había sido difícil separarme de él cuando se fueron. Una parte de mí no quería dejarlos marchar, pero la otra parte entendía que ella quisiera tener ya su espacio y libertad como la mujer adulta que era.

Respecto a la custodia...

Habíamos hablado y llegado a la conclusión de que lo mejor sería pasar una semana cada uno con él. Íbamos a probar así un tiempo antes de acordarlo oficialmente ante la justicia.

Debía decir que mi madre me ayudaba bastante con el bebé, aunque muchas veces no quería molestarla por su estado. Mi nuevo hermano o hermana nacería en enero, y no sabía si era ya por estar acostumbrada a estar embarazada, pero ella hacía y deshacía a su antojo como si no lo estuviera.

-¡Espero que me hayáis guardado una buena ración de cena!

-Por supuesto que sí, amor. Para ti el plato más grande.

-¡Muy bien! –Fue el mismo Dominique Reened quien se levantó para servirle la comida a su mujer e hija.

La cena siguió su curso entre charlas y risas agradables para todos. Incluso pasamos más tiempo sentados en la mesa a pesar de que ya habíamos terminado de comer. 

De pronto, el monitor que mi madre había bajado consigo comenzó a transmitir el llanto del bebé haciéndome levantar.

-Yo voy...

-No, mamá. Ya voy yo, y creo que después me iré a la cama. ¡Buenas noches! –Me despedí de todos antes de subir a mi habitación en busca de mi hijo.

Christopher había cambiado mucho en estos últimos casi cinco meses de vida. Su cabello se iba aclarando cada vez más, y a pesar de que aún le podía cambiar el color de ojos, sospechaba que había heredado el mío. 

-Ya estoy aquí, pequeño... –Sin ningún temor de que se me pudiera caer como al principio, lo cogí en brazos para mecerlo. –Ea, ea. Ya está, Chris... ¿Tuviste un mal sueño? –Tarareé una canción lentamente sin dejar de moverme por la habitación.

Afortunadamente, no solía llorar mucho, pero cuando lo hacía, parecía que no iba a parar nunca.

No sé cuantas canciones canté o cuánto tiempo pasó hasta que volvió a quedarse dormido, pero lo hizo, y un gran silencio se instaló en la habitación agradablemente. Sin embargo, no lo dejé en su cuna como correspondía, me quedé sentado en el sillón junto a la ventana con él en mis brazos.

Era increíble cómo una personita tan pequeña te cambiaba la vida.

¿Quién iba a decirme a mí hace cinco meses atrás que estaría sosteniendo a mi propio hijo en brazos? Era una completa locura...

Una locura hecha realidad, porque a pesar de todo, no cambiaría este momento por nada del mundo. Momentos como estos me daban paz y tranquilidad, sobre todo a estas horas de la noche.

Solo me faltaba una persona más en esta habitación para completar mi bonita estampa familiar.

-Anda, y hablando de la reina de Roma... –Sonreí levantándome para dejar a Chris en su cuna antes de responder a la videollamada del teléfono que sonaba.

-¡Hola! 

-Hola. –Respondí con una sonrisa en la cara al igual que ella. –Llamas en el momento justo.

-¿Por qué?

-Estaba pensando en ti. –Joyce sonrió tiernamente.

-¿Estabas durmiendo?

-No, estaba durmiendo a Chris, pero ya volvió a caer en los brazos de Morfeo.

-Hmm... Tengo ganas de pasar tiempo con él...

-Sabes qué las puertas de esta casa están siempre abiertas para ti. 

-Lo sé, pero tengo que estudiar. Mañana tengo un examen importantísimo.

-Para ti todos los exámenes son importantes, Joy... –Medio sonreí haciendo que ella me mirara ofendida. –¿Qué? Es cierto...

-Lo es, pero eso se debe a que mi carrera es importante. Ya sabes que para mí los estudios siempre han sido muy importantes. Asentí con la cabeza sin poder rechistar nada más.

Ya sabía que sus estudios eran importantes. Se había pasado la vida estudiando para conseguir las notazas que sacaba. Yo en su lugar no podría conseguirlas. Sí, apruebo y esas cosas, pero nunca podría llegar a su nivel de estudios.

-Bueno, ¿Y a qué hora tienes ese examen?

-Antes de la hora del descanso. Espero que me salga bien.

-¿Bromeas? Por supuesto que va a salirte bien, Joy. A ti nada te sale mal en la vida.

-Anda... –Me lanzó un beso volado haciéndome sonreír tontamente.

No sólo iba a salirle el examen bien, sino que acabaría este curso y los siguientes que le quedaban con notas sobresalientes. Se graduaría con matrícula de honor, estaba seguro. Y le iría muy bien en la empresa en la que trabajaría.

¿Y lo mejor de todo?

Es que yo estaría a su lado en cada etapa y viaje de su vida.






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