Capítulo 8

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~27 DE SEPTIEMBRE~


⚜️ JOYCE ⚜️

Salí de clase en cuanto la campana que daba paso al recreo sonó para dirigirme por el pasillo que llevaba a mi taquilla.

Hacía varios días que las clases habían empezado y yo no podía estar más que feliz. Siempre me había gustado estudiar, y a pesar de que entrar a la universidad me había dado algo de respeto al principio, ya iba adaptándome a ella con cada día.

Por cierto...

¡Mi cumpleaños ya había pasado!

El mes pasado había cumplido los dieciocho en una pequeña fiesta preparada en casa con mis padres, hermanos y abuelos.

Mamá me había estado insistiendo para que invitara a la familia Reened, incluso que papá podía hablar con Dean, su compadre, para que vinieran, pero con todo el dolor de mi corazón, había reclinado la oferta. No me apetecía para nada ver aparecer a Byron después del encontronazo que habíamos tenido en verano. Incluso se había atrevido a enviarme un mensaje de felicitación, pero ni siquiera le respondí. Lo borré en cuanto lo había leído y lo bloqueé para evitar cualquier contacto con él.

Sonreí involuntariamente en cuanto vi quién me esperaba apoyado contra las taquillas.

-Buenos días.

-Hola. –Me respondió con una gran sonrisa de oreja a oreja mientras que yo abría mi taquilla. –¿Qué tal el fin de semana?

-Muy bien. ¿Y el tuyo?

-Bien, pero no voy a negar que hubiera estado mejor si cierta persona hubiera aceptado mi invitación... –Rodé los ojos intentando ocultar una sonrisa mientras que cambiaba de libros. –¿Por qué no quieres darme una oportunidad para conocerme?

-Ya te lo dije, Quim. Prefiero no involucrarme en esos clichés de capitán de béisbol con la capitana de animadoras.

-Pero ya te dije que eso era agua pasada. –Torcí el gesto negando con la cabeza no muy convencida.

Había leído y visto muchas películas en las que, por mucho que una pareja rompiera, uno de los dos nunca superaba la ruptura. Y en este caso he de decir que ese papel lo tenía Kimberly, la ex novia de Quim y capitana del equipo de animadoras.

A Quim, o Joaquim como en realidad se llamaba, lo había conocido de casualidad en la biblioteca la primera semana que habían empezado las clases.

Llamémoslo destino, casualidad, señal o lo que fuera, pero ambos habíamos coincidido en buscar el mismo libro. Yo para mis clases y él para su prima de primer año también.

Habíamos charlado mientras realizábamos nuestra búsqueda y al día siguiente vino a sentarse a mi mesa en la hora del descanso bajo la atenta mirada de todos y todas las universitarias que allí habían presentes.

Al principio me sofoqué un poco. No me malinterpreteis, Quim era guapo a radiar y muy alto. Su cuerpo no se quedaba muy atrás tampoco, o eso era lo que podía ver a través de la ropa. Se notaba que era atleta y no solamente por llevar la chaqueta del equipo de béisbol de la universidad, si no por su comprensión corporal. No era muy musculoso de gimnasio, pero tampoco estaba delgado.

Bueno, la cuestión era que me había sofocado al percatarme de que todas las miradas estaban puestas en nosotros, y yo no era mucho de esas personas a las que les gustaba ser el centro de atención.

Gracias a esa comida, descubrí que iba dos cursos por encima de mí y que estudiaba la carrera de arquitectura. A parte de jugar y ser el capitán del equipo de béisbol.

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