El Instituto Del Vampiro

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 58

Kuyng

—¿Y qué me dices, abuela?, ¿Aceptás?, sabes qué soy la mejor opción.

—Sí, sé muy bien qué nadie sería tan buen rey vampiro cómo tú — Se levanta de su silla —.Pero lastimosamente no puedo aceptar lo qué me propones, Kim-Kuyng.

—¿Y por qué no?

—Por qué Shin está comprometido con la princesa Mei de China, la boda está planeada para dentro de dos semanas ya qué los reinos tienen qué quedar unidos lo más rápido posible.

—Abuela, por dios, sabes qué Shin no ama a Mei, no lo obligues a casarse.

—No lo estoy obligando, él está de acuerdo.

—Por favor dime algo qué te crea.

—Es la verdad, él no está haciendo nada en contra de su voluntad.

—Abuela...

—Sí eso es todo lo qué me has venido a decir puedes retirarte, tengo qué preparar el nuevo desfile de modas.

—Bien, gracias por recibirme — Dí media vuelta y me dirigí hacia la puerta de la oficina.

—Espera.

Me detengo frente a la puerta y giro para ver a mí abuela.

—Espero qué nos puedas acompañar en la boda, después de todo tú eres el hermano de Percival y un príncipe de Corea.

Apreté mis dientes por rabia, abrí la puerta y sin más salí de la oficina.

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Mei

—¿Para qué querías verme en esté restaurante, Shin? — Cuestione al vampiro mientras ambos estábamos sentados en una de las mesas del local.

—Tú padre y Hana ya han fijado fecha para la boda, será dentro de dos semanas.

—¿Dijiste dos semanas?

—Así cómo lo escuchaste, espero qué ya estés lista.

—¡Ya me cansé de esto! — Golpe la mesa —.¡Ya me cansé de tú maldita mentira! — Estaba muy molesta.

—¿De qué me estás hablando?

—Tú no quieres casarte, así cómo tampoco quieres seguir siendo el rey, tú estás siendo manipulado por tú abuela, ella está haciendo todo esto para hacerte infeliz, ¡Date cuenta!

—Mei, ella no me está obligado a nada.

—¡Ya!, deja de decirme mentiras, de verdad no te reconozco, el Shin qué conocí de niños y el qué conocí después no se dejaba manipular por nadie, tú no eres él...

—Mei tenía qué madurar, eso es necesario para tomar el trono y lo sabes perfectamente.

—Por favor, Shin abre los ojos, te lo suplico, sé qué tú no quieres esto, por qué sé perfectamente qué es lo qué realmente quieres en tú vida.