𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 50

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Morgan

—¿Por qué llegas despeinada? — Pregunta Sofía una vez qué me vio llegar al dormitorio.

—Ah, es qué hace mucho viento y me despeine — Sonreí nerviosa —.¿Y tú?, ¿Por qué tienes cara de no haber dormido en toda la noche?

—B-bueno e-es qué cuándo bebo no puedo dormir y por eso tengo esta cara — Responde con cierto nerviosismo en su voz.

—¿Y por qué tú cama está tan desordenada?, parece qué fue arrastrada por un torbellino.

—¿No quieres un café?, yo invito — Cambia el tema —.Anda, vamos a una cafetería por uno.

—¿Por qué estás nerviosa? — Acomode mí cabello frente al espejo —.¿Qué te pasó a noche?

—N-nada ya anda, Morgan vamos por el café qué me muero de frío, ¿Sí? — Se acerca a mí y me jala hacia la puerta del dormitorio.

—Iré con una condición.

—¿Cuál?

—Qué me cuentes la verdad, ¿Creíste qué te creí lo de qué cuándo tomas no puedes dormir?

—Bien, lo haré pero sí tú me cuentas qué pasó anoche contigo.

—Bien, tenemos un trato.

—Ok, entonces vamos a la cafetería.

—Vamos.

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Percival

—Ya anda viejo, dinos por qué estás tan feliz — Raziel me golpea con su codo mientras todos nos dirigimos hacia la sala de juegos —.Tienes la misma cara de felicidad qué Seung cuándo lo vi en la cafetería.

—No es nada — Respondí.

—Pues eso no es lo qué notó — Hablo Min Oh —.Al parece algo pasó qué te tiene tan feliz, Shin.

—No pasó nada, chicos ya no pregunten les aseguro qué no me pasa nada fuera de normal.

Llegamos a la sala de juegos, Kuyng abre la puerta y al entrar a aquella habitación todos nos quedamos inertes al ver quién estaba en el sofá de nuestra sala.

—¿Es...? — Susurré apretando mis puños con mucha fuerza.

—Hola, chicos — Saluda la visita inesperada —.Me alegra verlos bien a todos.

—Hana...

La reina de los vampiros de Corea en Canadá, qué grande sorpresa.

Ella se pone de pié y se coloca enfrente todos nosotros.

—Reina Hana, es un placer ver qué se encuentra en perfecto estado — Habló Raziel.

—Príncipe Raziel, tú siempre tan educado.

—Es un honor tenerla de visita, su majestad — Siguió Min Oh.

—Joven Min Oh, veo qué tú también te encuentras perfectamente, me alegra comprobarlo — Dice ella.

—¿Qué haces aquí? — Pregunta mí hermano.

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