¿Qué fue real?
Katarina.
¿Cómo una historia puede causar tanto conflicto en tu interior? Esa es la pregunta que resuena en mi cabeza, una y otra vez, repitiéndose de una manera descarada. Intento concentrarme en todo lo que ha pasado en las últimas horas, tantos descubrimientos. Siempre me pregunté ¿con quién había sido mi primera vez? Pero no lo recordaba, hasta ayer que él se dispuso a contarme parte de la historia.
Era algo lindo lo que teníamos, lo que temo es que... puede que él espere que yo siga siendo de esa manera y no estoy segura de poder llenar sus expectativas.
—Ah —grito cuando siento sus dientes clavarse en la piel de mi pierna—, ¿es que acaso disfrutas verme sufrir? —le pregunto molesta.
Giro mi rostro encontrándome con la diversión plagada en su rostro.
—Es para qué regresarás a la realidad —se excusa y lo vuelvo a ver lamiendo la zona que ha mordido.
Un pequeño gemido se escapa de mis labios al sentir hacer eso, sin embargo, me mantengo en mi posición de que estoy molesta y muerdo mi labio inferior cuando vuelve a morder, solo que en esta ocasión lo hace con algo de delicadeza.
—En un momento eres un meloso y al siguiente un puto sádico —le recrimino—, ¿Acaso disfrutas verme sufrir? —pregunto sintiendo mi rostro caliente.
Me gira sin ninguna dificultad, quedando con mi espalda recostada sobre el colchón. Se abre paso entre mis piernas ocasionando que mi única prenda de ropa, su camisa se suba lo suficiente para que él pueda tener una visión exclusiva de mi desnudez. Se inclina rozando el bulto que asoma en su bóxer contra mi zona. Maldigo internamente por convencerlo de quedarse solo en bóxer.
Su rostro se acerca de manera peligrosa al mío, mientras su mano se apodera de mi cuello, trazando pequeños círculos contra mi piel. Aprieta ligeramente sin llegar a cortarme el suministro de aire.
—¿Quién era la que quería una experiencia al estilo Christian grey? ¿Dime? ¿Al estilo Christopher Morgan? —pregunta con seriedad.
Desvío la mirada a otro punto de cuarto enfocándome en los candelabros.
—¿Quién D'yavol? ¿Quién quería un Aegan, un Pierce, un Massimo? ¿Quién? —exige que le responda.
No lo hago y en su lugar, siento su otra mano descender hasta mi nalga desnuda y lanzar un golpe que me produce un escozor, sin embargo, la traidora de mi vagina le gusta el asunto y siento como se humedece. Maldita traidora.
—No lo recuerdo —respondo en un susurro.
—¿Quieres que te lo recuerde? —propone rozando nuestros labios.
Pero tengo cosas que hacer.
—No —intento ser lo más seria que puedo—, tengo que hablar con mi hermano y también quiero conocer algún lugar de turístico de este país. No vine a quedarme encerrada en cuatro paredes siendo empotrada como caballo —le regaño.
No me parece mala idea, pero quiero conocer.
Quita su mano de mi cuello y se baja de la cama, momento en el que aprovecho para contemplar un extraño dibujo que asoma en la parte superior. ¿Siempre ha estado allí? Me cuestiono. Sin embargo, siento que me jalan por las piernas, hasta que me lanza en su hombro, dejándome como nueva visión sus nalgas.
—Oye —me quejo—, sé que tus nalgas son excepcionalmente hermosas, rellenas, gordita, es más, me quiero casar con ellas, pero no quiero verlas en este preciso ínstate —me quejo nuevamente.
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D'yavol
Random"Los chicos buenos van al cielo, pero los malos lo traen para ti" Ella es una militar, condecorada, una de las mejores en su trabajo. Él es... un extraño, no tan extraño. Ella ha pasado por muchas cosas, no cree en el amor, pero si en la venganza...