Capítulo 31

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Advertencia de contenido.

Asesinos y ex.


Katarina.

Sus ojos se han detenido en alguien, busco con la mirada a esa persona. Encontrándome con una rubia que lleva un vestido hermoso. ¿Por qué la está mirando? Tengo el presentimiento que es alguien de su pasado y pueda que sea alguien importante.

La ceremonia sigue su curso y no comprendo ni la mitad de las cosas que hacen o por qué lo hacen. Las luces vuelven a tornarse rojas, dándome a entender que la ceremonia ha culminado. Por mi cabeza circulan muchas interrogantes, ya que la información que se posee sobre esta organización es tan escasa y prácticamente falsa, comparada con lo que en realidad es.

Quiero concentrarme en no olvidar las preguntas, sin embargo, las ganas de saber quién es ella y porque le sonríe de esa manera tan reluciente. Provoca que a mi mente viaje un recuerdo en el que me dijo que no podía mantener ningún tipo de relación, ya que una vez entras, no hay salida. Pero ¿entonces? ¿Quién es ella? ¿Por qué esa sonrisa tan coqueta? Digo, no es su hermana, porque no tiene.

No creo que sea su madre, es muy joven. Entonces, ¿Por qué ella está aquí? ¿Por qué nadie la intento echar? Eso solo puede significar que es un miembro de la organización o puede ser hija de alguien o quizás fue pareja de él. Aunque esa última opción, provoca un mal sabor en mi boca.

Digo, no comprendo como una persona que puede profesar amarte por los siglos de los siglos y cuando ya no estas, busca a alguien más. Podre recibir muchos comentarios como "eres una desconsiderada" o cosas similares, porque se supone que él no me volvería a ver y podría rehacer su vida a su antojo.

Pero...

No lo sé, solo no quiero aceptar nada. Aunque tampoco debo exigir nada.

No debía hacerlo, era la menos indicada, pero lo hice.

Él baja de la tarima, mientras un guardia se acerca entregándole unas vendas para la cortada en su palma. Las acepta, colocándoselas el mismo. El azul de sus ojos se mantiene fijo sobre los míos, desatando algo extraño en mi interior. Pero también me siento ofuscada, ya que no logro descifrar lo que siente o pasa por su cabeza, dejándome a la deriva, sin poder predecir algún ápice de lo que ocurrirá.

Sé que está molesto por el vestido que llevaba y después de su comportamiento está tácito y sobreentendido que él no me los envió. Tampoco al chofer ¿entonces? ¿Quién fue? ¿Su padre? Es la única persona con un poder igualitario al de Kirill. El resto debe ser inferior... sin embargo, tengo que tomar en cuenta que cualquiera puede hacerme daño, no soy nadie en este lugar. Nadie más que una mujer que se folla al jefe de una organización criminal y corrijo, el jefe se la folla.

De solo pensarlo, las cenizas de mis padres, en especial las de mi madre, deben estarse sacudiendo con ganas de salir de la tumba.

La idea, me saca una pequeña sonrisa.

Me levanto de la silla, arreglando la parte baja de mi vestido que es demasiado largo, provocando que una parte de este se arrastre al caminar.

No obstante, mi piel se eriza captando mi completa atención. Intuitivamente, llevo mi mano hasta uno de los cubiertos que están en la mesa, sujeto el cuchillo manteniendo la punta contra la parte interna de mi antebrazo. No tengo tiempo para voltear a ver a Kirill. Ya que las puertas se abren de golpe y con eso, se da la entrada de hombres armados, vestidos de negro, similares a los que fueron detrás de mí en la prisión de Coiba.

Actuó por impulso, cuando comienzan a disparar, me tiro contra el suelo <<precisamente hoy tenía que andar desarmada>> maldigo internamente. El sonido de pasos acercándose me hacen buscar el lugar de origen. Diviso un grupo de pies entrar por detrás de la tarima, con armas. Trabajan para Kirill, lo deduzco por los tatuajes que asoman en su cuerpo. Sin embargo, unas extrañas náuseas se apoderan de mi estómago.... Algo peor va a pasar, estoy segura.

D'yavolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora