Capítulo 29

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Ceremonia de sucesión.

La tarde trascurrió de una manera tan rápida que hasta yo me sorprendí. La noche nos arropó con su naturaleza, nos iluminó con sus estrellas. Una parte de mi no quiere admitirlo, pero todo fue perfectamente imperfecto. Me asusta, porque los recuerdos se sienten tan vividos, son hermoso, sin embargo, vienen cargados de dolor.

Algo atormenta mi tranquilidad y es la pregunta más complicada de responder. ¿Esto es una simple ilusión que pronto se desvanecerá? ¿Qué pasa más adelante?

Me giro en la cama, pero al instante un dolor se esparce rápidamente por todo mi cuerpo, provocando que abra mis ojos de golpe. Perfecto, me caí de la cama. Me levanto rápido, y me vuelvo a sentar, busco con la mirada al dueño de mi cansancio, pero no está por ningún lado. ¿Cómo puede tener tanta energía para levantarse antes que yo? Son algunas de las preguntas que no me dejan dormir.

<<No seas idiota, él es como un vampiro, te chupa la sangre o energía>> ¡Perfecto! Ahora mi mente anda media idiota, pero a decir verdad. La energía no es lo único que chupa.

Siento mis mejillas arder. No puede ser, desde que conocí a este hombre, me ha hechizado, por qué de solo pensar en lo que pasa en nuestra intimidad, me da de todo.

<<Despierta, estás idiotizada>> Me regaño a mi misma.

Me dirijo al baño para limpiarme, lo hago de manera lenta, disfrutando del agua. Salgo del baño, sintiéndome renovada. Solo que tengo la sensación de que hoy es un día importante, solo que no recuerdo el porqué.

Mi cabeza hace un pequeño clic. Recordando que hoy cumplo 20 días aquí, pero también sé que hoy es el evento de sucesión de Kirill. Pero ¿Por qué no me ha dicho nada del evento todavía? ¿Será que no quiere que vaya?

No, eso es imposible, él no sería así, no haría eso ¿o si?

¿Dónde estará él?

Sin embargo, un golpe en la puerta capta mi atención, termino de arreglar mi vestido, mientras mis pies quieren saber quien está tocando. Abro la puerta encontrándome con que no hay nadie, pero en el suelo hay una caja grande con un gran lazo. Algo similar a la que me envió Kirill, donde estaba el vestido que use en aquella fiesta.

¿Será esta su manera de invitarme?

Agarro la caja y regreso al interior de la habitación, todo se siente tan similar a aquella vez, solo que ahora no estoy en mi casa, estoy en la suya.

Depósito la caja en la cama, desatando el lazo de manera lenta, evitando que este se dañe. Levanto la caja encontrándome con un hermoso vestido de color rojo carmesí, lo sujeto entre mis manos examinándolo detalladamente. Es corto, tiene un corte que probablemente dejara mi muslo izquierdo muy al desnudo, es escotado y es de tiras. Lo vuelvo a examinar detalladamente, pero sigo sin comprender ¿Por qué este diseño? No es algo propio de él.

Porque si mal no recuerdo, él dijo que iba a arrancarme este tipo de vestido si lo volvía a ver en mi cuerpo, pero claro esta que este muestra más piel. Sin embargo, hoy es su día y sus deseos son órdenes.

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Me tomo un tiempo arreglar mi cabello y maquillarme adecuadamente, sin embargo, lo que más tiempo me tomo es meterme en ese vestido, ya que se moldea a mis curvas. Es un color liso, tiene un escote en V bajo, bastante pronunciado, por el hecho de que muestra parte de mis senos. Espalda sin magnas y abierto. Es algo más largo de lo que pensé, porque me llega unos dedos más arriba de la rodilla, pero... posee una apertura en ambos lados. Le agregué un collar elegante. Además de unos tacones no muy altos, pero dorados.

D'yavolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora