Octavo Capítulo

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Al día siguiente me desperté con un dolor de cabeza insoportable y una pequeña de tres años a mi lado, estaba bastante inquieta pero notaba tristeza en su mirada.

—Pequeña que pasa —dije mientras me levantaba de la cama.

Apenas eran las cuatro de la mañana y Josselin estaba a mi lado con los ojos aguados.

—Extraño a papá —dijo y la abraze.

—Pequeña el volverá, ya verás.

Escondió su cabeza en mi cuello y le acaricie el cabello, pero no sabia que decir era horrible ver a una niña llorando, así que intente brindarle el cariño que necesitaba, a veces no es necesario de palabras, solo se necesita de un simple abrazo.

—Es que no me quiere —La sente en mis piernas y la acune en mis brazos.

—No es eso pequeña, el tiene trabajo y si quiere el dinero necesita ir.

Era difícil explicarle a un niña que su papá debe viajar constante por obligación.

—Pero Margat dice que el dinero no lo es todo —susurro entre hipos.

—No lo es todo pequeña —asegure y seque sus lágrimas—, pero el dinero mueve el mundo.

—Eso es malo —Me miro con los ojos aguados.

—Se pudiera decir que no, a veces el dinero mueve a las personas, pero cuando el dinero se vuelve un visio resulta horrible pequeña.

—Entonces papá en que bando esta —pregunto y sonreí.

—En el bueno pequeña —dije mientras acariciaba su cabello.

Y pude ser que mentía, pero como carrisos le dijo a una niña de tres años que su padre mata por venganza y que lava dinero por droga.

—Entonces no me debo preocupar porque tarde —dijo y me miro con ilusión.

—No debes pequeña, el te quiere demasiado como para dejarte ir.

—Bueno te creo —Sonrió y besé su coronilla.

—Quieres un cuento pequeña —pregunte y asintió emocionada.

Quería cambiar de tema, de que se olvidara de todo por un momento.

—Que sea de princesas con motocicletas —pidió y reí.

Definitivamente esta niña era única.

—Tengo uno muy bueno —Coloqué mi espalda contra la pared y envolvi a Joss en mis brazos—. Todo empieza cuando una pequeña princesa se vuelve rebelde, no le gustaba seguir las reglas y quería ser ella misma, quería demostrarse tal cuán era, pero había un problema y eso era el legado, todos los próximos a la corona debían seguir un régimen de reglas y cosas absurdas.

> Pero ella quiso ser la excepción, quiso ser la diferencia en un mundo de copias.

—Y como lo logró —pregunto curiosa y sonreí.

Era loco de que me prestara atención, es la primera vez que inventó algo.

—Un enorme dragón amarillo que escupía fuego decidido ayudar a esa damisela de brillante armadura, era muy sabio y su trabajo era trasformar princesas en guerras —dije mientras acariciaba su cabello.

—Y la motocicleta —Me miro y reí.

No sé le escapaba nada.

—El día del juicio ella llego en una motocicleta amarilla, se veía reluciente con esa brillante armadura y una sonrisa, pero su discurso fue más sorpréndete, nadie creía que ese dragón gruñón ayudaría a esa dulce joven, al final todos se equivocaron y vieron con sus ojos como un dragón amarillo llego con un carisma sorpréndete.

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