Capítulo Veintiuno

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Es tan sorpréndete en como dos meses tu vida puede cambiar tanto, yo pase de solo preocuparme por mis negocios a estar pendiente de tres niñas y de un hombre que me roba suspiros todos los días, de verdad nunca pensé que me volvería a enamorar, pero aquí estoy, dispuesta a vivir un romance de nuevo.

Porque hay que ser demasiado valiente para volver amar aun cuando te han roto el corazón.

—Cálmate Sabrina, las cosas que se hacen por impulso no salen bien —murmure mientras miraba como Alejandro les daba órdenes a sus hombres.

Él estaba en el patio y yo en mi cuarto como una acosadora mirándolo desde la ventana.

—O tal vez si —murmure para mí.

—Sabrina —grito Joss desde el pasillo.

—Que pasa —respondí mientras abría la puerta de mi cuarto.

—¿Podemos ir a la gala? —pregunto martina mientras me entregaba mi celular.

La pantalla estaba prendida y tenía un mensaje de Giovanni en la bandeja.

Flaca no te olvides de la gala, hoy a las seis en el salón de la calle 32.

—Pídanle permiso a su papá —respondí con una leve sonrisa.

—¿Hablas en serio? —pregunto Alicia y me encogí de hombros.

—Es una gala benéfica, así que si —respondí divertida y Joss me abrazo.

—Gracias Sabri —dijo Joss y salió corriendo hacia las escaleras.

—No corran —grite para ya habían desaparecido.

—Está segura que no es uno de tus negocios y estamos interfiriendo en el —pregunto Alicia y reí.

—Alicia quítate esas ideas de la cabeza —La mire seria y negó.

—Nunca, sé que eres más que una simple dueña de bar —Se cruzo de brazos y voltee los ojos.

Complicado hacerla cambiar de opinión.

—Vale, mejor busquemos un vestido para ti.

—¿Me vas a prestar un vestido? —pregunto curiosa pero igual me siguió hasta mi armario.

—Debes enloquecer a un castaño por ahí —Le guiñe un ojo y rio nerviosa.

—Bueno, pero ningún vestido, todos son muy provocadores.

—Vale, puedes escoger otra cosa —Señale el armario y se acercó—, sin miedo Alicia.

Duro un rato buscando porque podíamos tener gustos iguales, pero aún le costaba mostrar tanta piel, así que escogió una falda rosa palo hasta la rodilla con un corte, una camisa de tirantes blanca y unos tacones blancos de ella.

Duro un rato buscando porque podíamos tener gustos iguales, pero aún le costaba mostrar tanta piel, así que escogió una falda rosa palo hasta la rodilla con un corte, una camisa de tirantes blanca y unos tacones blancos de ella

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