Unos dos días después ya me estaba acostumbrado a esta nueva vida, aunque realmente no era fácil, hasta pensé en renunciar y es que no sé en que momento mi vida dio un giro tan drástico, pase de ser la tía soltera sin preocupaciones que cuida a su sobrino los viernes, a ser plácidamente una madre a tiempo completo.
—En que momento cambie de papeles —dije mientras me miraba en el espejo.
Ahora soy una ama de casa a toda regla y me sorprende lo bien que me he adaptado al papel de niñera, pero es una locura.
—Ya estoy lista —dijo joss entrando a mi cuarto.
Agarre mis cosas y salí de la habitación con Joss a mi lado.
—Alicia, Martina, vámonos se nos hace tarde —grite en el pasillo mientras tocaba la puerta de cada una.
—No consigo mi trabajo de historia —dijo alicia mientras salía de su cuarto con una pila de libros.
—Esta en la biblioteca —respondí.
—Ya estoy lista —dijo martina saliendo de su cuarto y tenía una coleta mal hecha.
—Arreglaremos eso en el carro, camina —dije mientras la empujaba por el pasillo.
—Espera mi peluche —dijo joss y corrió a su cuarto.
Esto de verdad a sido toda una locura, yo cuando acepté este trabajo no pensé que mi rutina daría un giro tan radical, pero desde el lunes que empezaron ellas las clases, prácticamente me divido en dos y ni hablar de las mañanas, son caóticas, pero poco a poco voy amando a esas niñas más y más.
No me quejo de nada, amo ser la autoridad y poder guiarlas y si puedo brindarles algo del conocimiento que aprendí durante mis años de vida no me importa el desastre.
Pero quiero pensar que todo será diferente en unos meses, quizás más caótico o quizás más tranquilo.
—Alicia —grite desde las escaleras y mire a las niñas—. Vayan a buscar su bolso en la cocina, Margat preparo aperitivos muy ricos.
—Traeré el de Alicia —dijo martina y asentí.
—Señora el auto ya está listo —dijo leo llegando a mi lado.
—Perfecto, salimos en cinco —dije y asintió.
—Señora aquí tiene —dijo margat dándome una bolsa con una taza.
—Sabes que no es necesario Margat, pero gracias —dije con una sonrisa.
Amaba a esa señora, me recordaba a mí nana.
—Es mi deber cuidarla señora.
—No, no lo es.
—Bueno para mi si, debe alimentarse bien —concluyo y reí divertida.
—Listo Sabri —dijo alicia mientras llegaba a mi lado.
—Listo —dijo martina—. Aquí tienes tu merienda Ali.
—Vamos niñas despidanse y caminen —dije mientras agarraba la mano de Joss.
—Vamos tarde —dijo alicia y voltie los ojos.
—Lo llevo diciendo desde hace rato —murmure y se río.
Unos minutos después estábamos llegando al colegio de las niñas, eran dos áreas diferentes, una era primaria y otra era secundaria, al parecer era bueno mantenerlos separados, pero era enorme las instalaciones, contaban con cancha de futbol, un gimnasio interno y un montón de salones y oficinas.
—Adiós Martina, cuidate mucho y presta atención —dije y besé su mejilla—, y sin molestar a nadie por favor.
—Y si ellos me molestan a mi —dijo y sonreí.
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Segundas Oportunidades
RomanceSabrina Rizzo es una mujer que conoce valerse por si misma, le gusta ser la jefa de todo, pero eso implica ser una maraña de mentiras y ocultar lo que es o lo que conoce. Pero Alejandro Santoni queria desmantelar cada una de sus mentiras, conocer a...