Sexto Capítulo

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Al día siguiente me desperté por un ruido en el cuarto y cuando me fije en el reloj de la mesa de noche apenas eran las cinco de la mañana y me había dormido a las dos por estar viendo una película con Alicia.

—Sabrina —dijo alejandro dandome una nalgada y salte del susto.

—Oye que te pasa Alejandro —dije bastante seria.

Aunque estaba toda despeinada y mis ojeras ni deben ser normales, así que en vez de enojada sería un mapache asustado.

—Debemos hablar cielo.

—A las cinco de la mañana —Me coloque la almohada en la cabeza.

—Si —dijo y suspire.

Me levante y me sente en el borde de la cama, cuando me fije estaba vestido con un elegante traje negro y tenia un semblante bastante serio.

—Que pasa —pregunte con un bostezo.

—Se te olvidó que hoy es lunes —Me miro divertido y me quede pasmada.

Joder se me olvido que hoy trabaja y además las niñas tenían colegio, que despistada soy dios mio.

—No como crees.

—Claro —dijo y se desordeno el cabello—, es broma cielo, hoy es domingo.

—No juegues así conmigo —Me cruze de brazos y río.

Era un desastre con las fechas.

—Venia a decirte que debo salir por unos días.

—Me dejarás solas con las niñas —chillé asustada.

Apenas las llevaba conociendo dos días.

—Bueno debo hacer un trabajo y tu eres su niñera.

—Pero soy como una desconocida para ellas Alejandro —Lo mire enfadada y se acercó más a mi.

—Se que las cuidarás bien, para mi eso es reconfortante —dijo serio y voltie los ojos—, así que harás tu trabajo, te llamaré cuando esté libre.

—Bueno has lo que quieras, solo no olvides en llamar.

—Como sabes las niñas tiene sus actividades, Alicia la llevarás al colegio de siete a dos de la tarde todos los días excepto los viernes, sale a las doce y Martina es de siete a doce, las clases de patinaje son solo los sábados y Josselin tiene apenas tres años no va al kinder pero va a clases de danza los martes y jueves, así que espero que te puedas organizar —explicó y asentí intentando entender a estas horas de la mañana—, además solo tienen permitidas las salidas con mi permiso, las ayudaras con sus tareas y estarás pendiente de sus cuidados.

—Algo más que deba saber jefe —dije divertida.

—Aquí tienes —Me dio un sobre blanco—, es una tarjeta a tu nombre, sin límites y la usarás para cualquier cosa que necesiten las niñas.

—Bien me parece perfecto, puedo seguir durmiendo —dije con un ojo medio abierto y medio cerrado.

—Ya casi cielo —Me acaricio el cabello y asentí—. Como sabes tendrás a tu guardaespaldas a tu disposición, no saldrás sin el, pero puedes ir a donde tu quieras, solo que sea en horario donde las niñas estén en el colegio.

—Bueno ya vere como organizarme, además debo ir a trabajar pero ya vere como me las arreglo.

—Bien ya que todo está aclarado debo irme, cuida bien a mis hijas cielo —dijo con ese porte intimidante.

—Lo prometo Alejo —dije bastante seria—, pero tu también cuidate.

—Lo intentaré —concluyo y beso mi coronilla.

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