Habían pasado dos años desde aquella noche, dos años siendo desconocidos para el otro y para nada me arrepiento de haberlo conocido, pero siempre vivo con el temor de que algún día me encontrara, el juro encontrarme y saldar todas las cuenta conmigo, yo he huido desde esa noche como una cobarde, pero mi lema de vida es vivir la vida como el último dia, porque nunca sabré cuando será el día que lo vuelva a tener frente a mi.
—Hola pequeño —dije besando las mejillas de mi pequeño regordeto.
—Buenos días —dijo divertido.
—Como dormiste —Desórdene su cabello.
—Tuve una pesadilla.
—¿Y por qué no fuiste a mi habitación?
—No quería incomodar tía.
—Nunca incomodas, eres mi sobrino y el único que tengo, por lo tanto el consentido —Bese repetidas veces su mejilla.
—Sabri deja a mi hijo quieto —dijo mi hermana con una sonrisa.
Se me olvido presentarme, soy Sabrina Rizzo, tengo veinticinco años de edad y soy enfermera, solo tengo una hermana que ya tiene sus propia familia y yo decidí que el amor no era lo mío, además todos tenemos secretos que no queremos compartir.
—Lo siento Sara —dije viendo a mi hermana.
Eramos muy parecidas, las dos teníamos el cabello rubio ceniza, pero ella tenía los ojos mieles, en cambio yo los tenía negros como la noche, además en personalidades eramos dos polos opuestos, desde chiquitas siempre lo que amaba una, la otra lo detestaba, éramos y seguimos siendo un caso serio.
—Me puedes hacer un favor —Mire a mi hermana—, puedes llevar a Miguel al kinder, tengo que llegar un poco antes a la clase.
—Sabes que no hay problema, tú ve y pasa ese examen con buena nota —Me abrazo.
—Te quiero tanto hermana.
—Tambien te quiero mucho hermana.
—Gracias por todo —dijo.
Ella se dirigió a despedirse de su hijo y yo buscaba mi bolso y además de eso el desayuno, no podía empezar el día sin un buen café con leche.
—Tía ya tengo mi mochila —dijo mi sobrino llegando a mi lado.
—Te cepillaste los dientes —Asintio—. Vamonos entonces.
El tema de mi sobrino es complicado, mi hermana se embarazo joven y nos toco salir de Londres para mudarnos a otros país, como una baraja de cartas salió Italia y gracias a dios el padre se hizo responsable, aunque supo de su hijo un año después, tema del cual no estuve de acuerdo, pero igual acepté su decisión.
—Tía ¿papá cuando llega? —pregunto mi sobrino.
—Creo que hoy pequeño —respondí.
—Adiós trueno —Se despidió de mi perro.
Tenia un peludo, era dálmata y se llamaba trueno, lo tengo desde que llegue a Italia, lo encontré en la calle y me rompió el corazón, así que decidí adoptarlo.
—Cuida la casa trueno —concluí y empezó a mover la colita mientras ladraba.
Salí de mi departamento cerrando con seguro y me dirigi al ascensor, no tenía una vida tan complicada, mi rutina era pasar tiempo con mi familia, salir con amigos y trabajar, aunque si le agregamos que me pisa los talones el rey de la mafia, ¿para que más adrenalina?
—Tía —Lo mire—, ¿hasta que hora trabajas?
—Hoy salgo temprano, así que podemos ir a tomar un helado —dije y me miro emocionado.
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Segundas Oportunidades
Roman d'amourSabrina Rizzo es una mujer que conoce valerse por si misma, le gusta ser la jefa de todo, pero eso implica ser una maraña de mentiras y ocultar lo que es o lo que conoce. Pero Alejandro Santoni queria desmantelar cada una de sus mentiras, conocer a...