Al día siguiente estaba más tranquila de lo usual y aunque aún estaba un poco sentimental, estoy bien para seguir una vez más.
Solo que no me imaginaba que terminaría de nuevo en un hospital por problemas de salud, pero son las consecuencias cuando no te tomas un descanso.
—Cielo todo estará bien —comentó Alejandro mientras entrelazaba mi mano con la suya.
—Espero —murmure mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.
Hace un rato me habían hecho un examen de sangre, así que estábamos esperando los resultados para que el doctor me evaluara.
—¿Cuántas veces has estado aquí por el mismo motivo?
—Unas cinco veces.
—¿Por mareos y vómitos? —Asentí mientras cerraba los ojos.
Al principio era porque comía muy poco para poder surtir la despensa toda la semana y después era porque se me olvidad comer y pasaba las horas así. Lo peor es que sabía que estaba mal, pero seguía haciéndolo.
Y al parecer las costumbres no se pierden.
—Sabrina Rizzo —saludo el doctor mientras entraba al consultorio.
—¿Como estoy? —pregunte.
—Embarazada no está —respondió mientras se sentaba
Mire a mi acompañante y note por leves segundos como se apagó su mirada.
—¿Entonces?
—Señorita...
—Señora Santoni —corrigió Alejandro.
—Disculpe —añadió el doctor mientras me entregaba una lista de medicamentos—. Tiene anemia perniciosa, así que debe tomarse esas vitaminas, tener una dieta balanceada y no se salte comidas.
—Muchas gracias —murmure con una leve sonrisa.
Me levante de mi asiento y me dirigí a la puerta, no quería quedarme porque sabía lo que vendría, una charla sobre lo que debo hacer, que consecuencias trae y como mejorar, pero la he oído tres veces, no quiero otra.
—Sabrina, cálmate —pidió Alejandro mientras llegaba a mi lado.
— Estoy tranquila —reproche mientras pateaba un bote de basura.
—Se nota.
—Solo no me siento capaz de volver a lo mismo, es como un puto bucle que te dice que sigas adelante, pero siempre me detendrá algo.
—Porque siempre es necesario un descanso, tomarte un momento para ver hasta donde has llegado.
—Lo se.
—Si lo supieras no hubieras venido seis veces al hospital por la misma mierda.
Se que tiene razón, pero a veces costaba detenerme, porque como todo estaba yendo tan bien, quería que así siguiera, así que darme un descanso era detener el camino para cumplir mis sueños.
Pero no es así, a veces debes parar y mirar todo lo que hemos hecho para seguir con más ganas, porque llegaste lejos y puedes llegar aún más lejos.
—Es difícil cuando lo vemos así.
—Pon de tu parte Sabrina, es tu salud —concluyo mientras seguía el camino a la salida.
Amarse es cuidarte, no solo tu cuerpo, también tu salud mental, así que debo aceptar que tengo un leve problema con auto exigirme tanto y aunque sé que se debe a que siempre quise resaltar para que mi mamá me prestara más atención, debo dejar eso atrás y sentirme orgullosa de los pasos pequeños y grandes.
ESTÁS LEYENDO
Segundas Oportunidades
RomantizmSabrina Rizzo es una mujer que conoce valerse por si misma, le gusta ser la jefa de todo, pero eso implica ser una maraña de mentiras y ocultar lo que es o lo que conoce. Pero Alejandro Santoni queria desmantelar cada una de sus mentiras, conocer a...