Capítulo 1.

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Mackenzie.

Me sentía al límite de llamar a mi padre, desde que llegamos a Mykonos tengo la sensación que nos están observando, tal vez son algunos de los guardaespaldas que nos mandaron en secreto para cuidarnos, ya los había reconocido, solo que esa maldita sensación de que nos miran comenzaba a joderme y sumado con eso que sentía en mi pecho.
Algo estaba por suceder, solo espero que no sea nada malo, podía defenderme sola, pero mis primas no, ellas preferían una manicura perfecta antes que una buena clase de taekwondo.
Ser una O'Donnell, la hija de unos de los empresarios más ricos del país, tiene muchas contras. Gente mala en el mundo siempre las hay, pero oportunistas que buscan dinero a base de hacer mal a una familia existen de toda la vida. Por eso mi papá decía que sus hijos no debían ser ni príncipes o princesa, sino que guerreros preparado para este mundo de porquería en el que vivimos.

Mientras mis primas hacían ballet, yo también lo hacía y a su vez aprendía diferentes artes marciales. No sé si era locura de mi padre o no, pero hasta me llevó a qué aprenda a disparar. Así que detrás de mi carita angelical se escondía una guerrera nata, no se cuando usaría todo esos conocimientos que tuve estos años, lo cuestión es que estaba preparada para cualquier situación de extremo peligro.

Adam O'Donnell, mi papá, es un poco exagerado cuando se trata de la seguridad de mis hermanos y la mía.

— Deja de pensar, es una idea tuya — escucho que dice mi prima mientras la ayudo a subir el cierre de su vestido color plata.

— Tal vez, solo que está sensación de mi pecho no puedo quitarla — reconozco dando un sorbo a mi copa de champagne.

— Solo disfruta esta noche, por ahí encuentras un griego para ligar — sugiere Kate mientras acomoda mejor mi peinado.

Pongo los ojos en blanco, puedo ligar con todos los hombres que quiera, pero ninguno me hace sentir cómoda, ninguno me dió esa seguridad para llegar al otro nivel de un contacto más físico.
Mi prima Katherine, podía estar con todos los hombres que pudiera, solo con tal de lastimar a mi primo Noah, pero ella después de follar con cualquier extraño terminaba igual, vacía.
Mis otras dos primas son diferentes, tal vez un poco reservadas, Ellie es muy conservadora, solo si ella quiere sabrás si sale o no con alguien, ligar lo hace, solo que tiene un límite, ambas pensamos igual sobre el concepto de follar por follar, no queremos sentirnos como un objeto dónde cualquier hombre mete su pene. Faith en cambio tiene una amistad sexual con su socio, amigos con beneficios. No son nada, más que amigos y socios que follan, por ahora todo va bien, espero que los sentimientos no jodan las cosas, porque Ben tiene algo que no me cierra en su totalidad.
Las cuatro somos completamente diferentes entre sí, personalidades súper fuertes, que a veces nos hace chocar, pero eso no quita que seamos unidas. Daría mi vida por ellas y ellas lo harían de la misma forma.

— ¡Selfie! — exclamó antes de entrar al salón. El hotel había organizado una fiesta de máscaras, la invitación ya venía con un antifaz, el mío era dorado y hay que reconocer que ese color en mi piel me dejaba más valiosa que el oro.

— ¡Mykonos! — chillamos las cuatro juntas.

— Por una noche inolvidable — musito entrando última al lugar.

Katherine fue la primera en desaparecer entre la gente, Ellie se quedó a mi lado mientras Faith no tardó nada en estar moviéndose en el medio de la pista de baile. Ella no puede vivir sin música y ama bailar, por eso la mirábamos como sola disfrutaba de cada canción que ponían.

— Está loca — acota su hermana riendo.

— Lo está — afirmo riendo cuando me hace señas para que me una. Tirando a la gruñona de Ellie nos metemos en el medio de la pista para movernos a la par de Faith. Entre nosotras sabíamos cómo divertirnos.
Cuando la música lenta empezó a sonar fuí la primera en alejarme del centro, mis primas fueron tomadas por dos hombres y bailaban con ellos.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora