Capítulo 22.

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Sasha.

Sentía que mi vida estaba colapsando a mi alrededor, tal vez tenían razón no estaba hecho para ser un buen líder y esa responsabilidad de cargar con la mafia rusa me estaba quedando demasiado grande.
Mis malas decisiones del pasado ahora se volvían en mi jodida contra, provocando estas dudas en mi cabeza y queriendo desaparecer para olvidar todo esto que no soporto. Solo que no había opciones, una vez que se entra a la mafia solo hay una manera de salir y esa es la muerte, se que fue descabellado ponerme un arma en la cabeza hace unos minutos atrás, pero no buscaba que mis tíos me regañaran como si tuviera diez años son mis decisiones, si la jodí porque puse a Mackenzie en peligro, ahora ella se alejo de mi pidiendo ese tiempo para pensar las cosas.

— Sabes que ella es una chica super pensativa, no hace nada sin diagramar sus pro y contras — habla tía Lena desde el asiento del copiloto.

— Todos necesitan su tiempo. Su cabeza debe ser un caos, porque si ella se queda contigo su responsabilidad será triplicada, estamos hablando que mi ahijada es la futura reina de la mafia roja — acota mi tío.

— Tranquilo, cariño — lo detiene ella apoyando su mano en su hombro. — Si algo bien hizo Adam fue criar a esa niña como lo hizo, Mackenzie esta preparada para ser una gran Reina de la mafia rusa — sentencia.

¿Ella está preparada para esto?

Si no lo está y quiere estar a mi lado, le daré las herramientas para que sea la mejor de todas.

— La amo — murmuro.

— Eso lo sabemos hace años, cariño, y ella también lo hace desde niña — me recuerda mi tía sonriendo.

— Lo único mal que hiciste fue no decirle a Gav o Gauss donde estabas, aunque pensando bien....

— ¿Sabes quien quiso atacarte, tanto aquí como en Moscú? — consulta ella frunciendo su ceño.

— El de Italia si, al parecer es porque saben que soy el hijo bastardo de la dama de la mafia Italiana — comento suspirando. — Supongo que en Rusia debe ser alguien que este en contra de que tome el poder — agrego encogiendo mis hombros.

Me daba igual si quieren matarme o no, lo que más me molesta y activa mi gran ira es que hayan querido atentar en contra de mi chica.

— Vuelves a llamarte bastardo y recibirás una buena tunda de mi parte — sentencia Helena con una fulminante mirada de su parte.

Pongo los ojos en blanco.

— No hagas ese gesto, Alexandr — habla tío Dima.

¿Quién lo iba a decir?

Estoy a cuatro meses de cumplir treinta años, tomar el mando de una organización criminal y me seguían regañando como si fuera un niño pequeño, pero a ellos se los permitía después de todo son mis padres de corazón y siempre estaré agradecido por lo que hicieron por mí desde el momento en que llegué a sus vidas.

El resto del viaje decido cambiar de tema, hablar un poco sobre la familia, extrañaba horrores esos eventos multitudinarios donde podía pasar de todo y más. También  hablamos un poco sobre sus trabajos, ellos son cirujanos, mi tía Helena es una brillante neurocirujana mientras que tío Dmitri es un reconocido cirujano csrdiotoracico.

— Los niños estarán felices de verte — dice mi tía cuando estacionamos el vehículo.

— Hace casi seis años que no los veo — reconozco bajando del auto.

Mi tía, a la que considero como mi madre se aferra de mi brazo para guiarme al interior de la casa. Se escucha la música fuerte desde afuera cosa que solo la hace negar su cabeza y sonrie abriendo la puerta donde observo como algo, mejor dicho alguien salta de sofá en sofá.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora