Capítulo 27.

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Sasha.

Tener a la mujer de tu vida en la cama, como esta ella en la mía en estos momentos, solo me hace sonreír como un idiota afortunado. Mackenzie no tiene idea del amor que le profeso es mucho más grande de lo que puede imaginar, nada me haría sentir diferente porque se que es ella la que quiero para todos los días en este jodido mundo.
Aplazar el sexo entre nosotros es una tarea agónica, solo que no podía comprometer su futuro por una irresponsabilidad de mi parte en no usar un condón y que dentro de nueve meses, llegue al mundo, alguien que pueda cambiar nuestra vida y orden. Un hijo en esta etapa donde ella sigue con sus estudios, yo estoy en la transición de convertirme en el líder de la mafia rusa solo traería demasiados problemas.

Es por eso que usando toda mi fuerza de voluntad y pensando las cosas, mis manos se alejaron de ese tentativo cuerpo que pide que seamos uno muy pronto. Otra sonrisa se forma en mi rostro en pensar en ese tatuaje que ella tiene sobre su costilla, justo al costado de su pecho es algo impresionante y difícil de dejar de admirar.

Ella siempre fue y será la dueña de mi corazón y mi alma.

— Puedes dejar de mirarme, ven que quiero dormir entre los brazos de mi novio — me pide con sus ojos cerrados.

Me acomodo mejor en la cama, ella no tardan en aferrarse a mi y dejando un beso en su frente decido dejar que el cansancio me obligué a dormir, disfrutando de sus caricias en mi pecho.

***

Cuando despierto tengo un cuerpo enrredado sobre el mío  que me hace sonreír, ojalá todos los días a partir de hoy fueran de esta manera. Se que es algo pasajero, ella sigue teniendo sus obligaciones en esta ciudad y yo sigo con las mías en Rusia, por algún tiempo estaremos separados, pero se que cuando todo termine nunca más volveremos a separarnos. Ella me lo dijo, se imagina ese futuro juntos, apuesta a fe ciega por esto y ambos sabemos que cueste lo que cueste, podremos con todo las dificultades que se nos presenten en algún futuro.

La observo dormir, tomo su mano dejando un beso que la hace removerse y deposito otro beso en su mejilla que esta vez la hace quejarse mientras una gran sonrisa en mi rostro que no podria ocultarlo, es una gran mañana.

— Odio que me molesten cuando duermo — musita escondiendo su cara en mi cuello.

— Amo verte dormir, sobre todo entre mis brazos — reconozco.

— Muy romántico, Sokolov — dice dejando un beso en mi cuello que genera una grave reacción en mi entrepierna.

Mi pene tiene vida propia si se trata de tener a Mackenzie cerca, me cuesta controlar esa parte de mi anatomía. Llevo muchos años sin estar de manera íntima con una mujer, porque mi amigo no colaboraba en esa situación, pero con ella es diferente, solo desea a este hermosa chica que me tiene enamorada.

— Mackenzie — detengo su mano cuando comienza a acariciar mi abdomen tentando el elástico de mi bóxer.

— Déjame curiosear — me pide.

— Le tengo miedo a tu curiosidad — acoto.

Es una gran fuerza de voluntad todo esto.

— No tendremos condones, pero si manos y quiero curiosear — me habla empezando a repartir besos en mi cuello que pone más duro a mi amigo allá abajo.

Maldito traidor, mi cabeza dice no, pero mi pene si quiere conocer la curiosidad de Inzie.

— Mackenzie — repito.

— Déjame tocarte — ruega dejando un beso húmedo en mi garganta mientras sus manos recorren mi pecho ante su atenta atención.

Maldita cordura que se fue en el momento que ella me miró de esa forma.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora