SASHA (5° SAP)

Capítulo 52.

Mackenzie.

Cuando Sasha vino a contarme de su idea de viajar a ver a su madre biológica y así darse esa merecida charla que hace años tienen postergada me puso extremadamente feliz. Era momento que ellos puedan ser sinceros, Natasha no es una mala mujer, lo que hizo por el bien de su hijo, es un sacrificio que muchas no pueden hacer.
Sasha tuvo una vida feliz, una gran familia y ahora nosotros tendríamos la nuestra, porque sin dudas este pequeño bebé empezaba a cambiar todo.

Amo la idea de ser mamá.

Me siento tan lista para serlo, que se que seré una muy buena mamá, bueno después de todo tuve a la mejor como referencia.

— ¡Hola! — exclamo atendiendo una videollamada de Jade.

— ¡Mira esto! — exclama mi socia mostrando un gran anillo con una esmeralda verde.

¡Oh, mi dios!

— ¡Lo hizo! Pensé que era una broma — chillo viendo que Iggy le había propuesto matrimonio.

Ellos llevaban tres años de novios, casi la misma cantidad que llevamos Sasha y yo.

— Pensé que serías tu la primera — se burla divertida.

— Salí corriendo cuando vi a Sasha arrodillarse ...

Jade empieza a reirse y yo no puedo evitar no hacerlo, ese día me sentía tan mal que no recuerdo más que ese momento en verlo arrodillarse y después me veo corriendo lejos, aterrorizada. No fue lo correcto, lo reconozco, pero en ese momento tenía mucho miedo.

— Por lo que me dijeron su propuesta fue una porquería.

— No seas mala — la regaño.

— No fue ni el momento ni la forma correcta — acota encogiendo sus hombros.

No respondo.

— ¿Y cuándo será la boda?.

— No lo hemos decidido, pero nuestros padres están felices que lo hayamos hecho más serio — me cuenta suspirando.

— Es una gran unión después de todo — reconozco.

— Ahora ademas de socias seremos cuñadas primas — bromea.

Sonrío, cuñadas por que ella es la hermanastra de Sasha y primas por es la prometida del Ignati, el primo de mi novio  asi que definitivamente seriamos, socias y cuñaprimas.

Veo a Sasha ingresar a nuestra habitación tomándome por sorpresa, él estaba en Rusia.

— Por tu cara, supongo que Alexandr llegó — afirma mi socia.

— Felicidades por el compromiso — dice mi novio cortando la llamada.

— No sabía que vendrías — digo sin poder ocultar mi sonrisa.

— ¿Y arruinar la sorpresa? — inquiere divertido.

— ¡Sasha! — me sorprende cuando me saca de la cama.

— Voy a secuestrarte, cariño. Espero que no me la hagas difícil — comenta.

— Secuestrada por el rey de la Bratva, el sueño de cualquier chica con fetiche de síndrome de Estocolmo.

— ¿Me lo haces simple o difícil? — inquiere enarcando una de sus cejas.

— Finge que me hago la difícil, con el sueño que cargo es seguro que ya me dormí antes que me subas al auto — acoto acurrucada entre sus brazos.

Sasha sonríe y deja un beso en mi frente. No mentía, llegaba un mes de embarazo y mi sueño se multiplicaba, podía dormirme en cualquier lado.

— ¿Vamos a Rusia? — consulto al ver el auto meterse en la pista de aterrizaje donde puedo observar a Anker esperando en las compuertas del avión.