Capítulo 34.

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Sasha.

Estoy demasiado cabreado, Viktoria sabía de este posible ataque y no tuvo la decencia de informarnos para estar preparados. No tenía idea quién los había atacado a plena luz del día, pero que haya expuesto no sólo a Mackenzie sino que a Cayden al peligro me molesta y mucho.
Se como es mi novia, ella rápidamente se amolda a la situación, fue la que me avisó, cosa diferente que sucede con mi amigo que no tiene idea de como enfrentarse a un ataque de esta forma.

¿Por qué venían por Viktoria?

¿Qué demonios estaba escondiendo mi prima?

Habíamos improvisado un lugar para retener a todos estos hombres que apuntaron a Mackenzie, Viktoria y Cayden, necesitaba respuestas y debían dármelas porque no me van a querer conocer enojado.

— Ese — marco para que Anker me traiga al que tiene la cara golpeada y suplica clemencia.

Deje que mis chicos se diviertan un poco con ellos, nada como dejarlos descargar energías.

— No, por favor — suplica al traerlo a la mesa. Anker como ya conocedor de mis métodos estira el brazo del hombre sobre la mesa.

— ¿Dedos? ¿Mano? ¿o todo en antebrazo? — me hago el pensativo. — ¿Qué opinas? — le consulto a mi guardaespaldas que sonríe de lado.

— Creo que la mano completa, señor — pide él sosteniendo mejor al tipo que quiere soltarse del agarre.

— ¡No, suplico por mi vida! — exclama.

— Si hablas seré benevolente contigo, sino terminarás como tu compañero — comento marcando al hombre tirado en el piso al cual minutos atrás se negó a darme información y colmando mi paciencia le di un tiro en la cabeza.

Estoy demasiado enojado para poder controlar mi paciencia.

— Te diré lo que quieres — dice entre lamentos.

— ¿Quién está detrás de esto? — pregunto tirando del cabello del hombre para que me mire a la cara.

— Juan José Garcia, líder de La Garduña — larga la información tomándome por sorpresa.

¿La Garduña?

¿Qué mierda quería la mafia española?

¿Qué buscaba de Viktoria ellos?

Ella ya no me daba confianza.

— ¿Qué hacemos señor? — inquiere Anker.

— Soy un hombre de palabra. — sonrio de lado. — Creo que nos puede servir como nuestro caballo de troya — agrego.

— No puedo volver a España, el señor Garcia ...

— Ese idiota no tiene el poder que poseo y si te digo que serás mi caballo de troya, lo serás — sentencio apoyando la punta de mi cuchillo muy cerca de su mano para que entienda.

No tiene derecho a refutar, es una maldita orden y la va a cumplir, sino seré el que me cargue a su familia.

— ¿Qué hacemos con los demás? — consulta mi guardaespaldas con diversión.

— Pueden divertirse — respondo encogiendo mis hombros.

Camino hasta la improvisada habitación donde deje a Mackenzie junto con Viktoria y Cayden, que se encontraba en un especie de shock por lo que había presenciado hace unas horas.

— Habla Viktoria — mascullo al entrar.

— Sasha — interviene Mackenzie dándome una fulminante mirada.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora