Capítulo 9.

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Sasha.

Mi cabeza no dejaba de pensar, la salud de mi mejor amigo era algo que me tenía demasiado preocupado, sobre todo porque Noah siempre decía que estaba bien y al parecer las cosas no eran tan ciertas.
Ese derrame pleural espontáneo que hizo por una golpe, solo dejaba en claro que debíamos estar más atentos a su estado de salud. Como todo Salvatore es más terco que una mula y no dirá nada, para que nadie piense que es débil. Lo que no estaba entendiendo es que todos estamos preocupados por él, se que no le gusta, pero de ahora en adelante haríamos todo lo que su madre ordene.

La relación de amistad que tengo con Noah, lleva años y años. Nos conocimos cuando ambos teníamos seis años, el fue mi primer mejor amigo en Chicago, es mi hermano de la vida. Se todo de él, asi como él sabe todo se mí, no por nada es mi abogado y mi mayor confianza dentro de la mafia.

Noah, es mi familia. No quiero perder a mi amigo y hermano de la vida.

Los últimos tres días no descansé como me gustaría, las noches se hacen eternas y toda mi cabeza no para de pensar, no solo la enfermedad de mi amigo me tiene así, sino que los temas de la mafia también nublan mis pensamientos. Cada día faltaba menos para tomar ese poder y había algo dentro mío no quería hacerlo, por primera vez dudaba de mis propias decisiones, pero lamentablemente no hay marcha atrás, seré el próximo Rey de la Bratva.
Suspiré frustrado al ver la hora en mi celular, demasiado temprano y por eso decidí levantarme de la cama para ir a entrenar un poco.

Necesitaba despejar mi mente.

La verdad no se cuentas horas estuve corriendo en la cinta o levantando pesas, solo sabía que debía descargar esa frustración que cargaba. Tener dinero y poder es una gran ventaja, sobre todo en estos momentos donde podía cerrar un hotel solo para el círculo íntimo, Inzie con sus primos, los tíos Ethan y Beth, Ignati y nuestros hombre de confianza.

— Señor — me intercepta Anker.

— Dime — hablo secando con una toalla un poco el sudor que tenía en mi cuello.

— Tiene compañía — informa haciendo que frunza el ceño.

La única que tenía autorización de subir a la suite presidencial es Mackenzie y por el momento ella no había querido acceder hasta esta parte del hotel donde me encontraba.

— Esta bien — le respondo a mi guardaespaldas.

Entro con rapidez a mi habitación, no podía creer que ella esté aquí y empezar mi día disfrutando de su sonrisa no podía ser mejor. Mackenzie es el cable a tierra que necesitaba, es lo mejor que tengo en mi vida y no quiero perderla de mi lado.
Mientras caminaba escuchaba dos voces que reían, no me esperaba encontrar a ambos desayunando con tanta normalidad.

— Hola — digo anonadado.

— Buenos días, Sasha — saluda Inzie con una gran sonrisa.

— ¡Buongiorno, Alexandr! — exclama mi hermano de doce años levantando su taza de café.

— ¿Qué demonios haces aquí,  Vittorio? — pregunto mirándolo de la peor forma.

Lo había hecho otra vez.

— Te dije que necesitaba hablar contigo, pero tú  no quisiste...

— Dije que no estaba en Rusia y que iría a verte a Calabria — acoto negando mi cabeza.

— No podía esperar — se encoje de hombros.

¿Alguna vez tuvieron la necesidad de querer matar a un hermano?

Yo las tengo en este preciso momento, mi hermano no mide el grado de peligro al que se expone.

— ¿Tus padres saben que estas aquí? — inquiero suspirando.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora