Capítulo 46.

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Sasha.

En nuestro hogar, nos quedamos dos días aislados del mundo y solo disfrutando de nuestro amor por completo. Soy demasiado afortunado de tener en mi vida una mujer como lo es Mackenzie, tan independiente, amorosa y sobre todo comprensiva.
Ambos estabamos en tiempos diferentes de la vida, ella con sus estudios y yo con mi deber de liderar la Bratva, pero esas no eran excusas para nosotros, tenemos el equilibrio de una pareja madura, a la cual no debes recordarle el concepto de amor, fidelidad y pasión.

Tenemos demasiado amor y sobre todo seguridad que todo va funcionar.

Ella esta misma mañana, me había dejado un improvisado desayuno con una nota diciendo que debía volver a Washington, a entregar unos trabajos y rendir exámenes. Todavía le quedaba un poco más de año y medio para terminar su carrera, es mi deber apoyarla, para que siga porque esta a casi nada de cumplir con su meta.

— ¿Qué haremos señor? — consulta Anker.

— Nos quedaremos unos dias más. Ignati dice que toda va bien las cosas dentro de la organización.

— Después de que vieron de lo son capaces de hacer con el señor Ignati, los rebeldes se calmaron — acota mi jefe de seguridad.

— Si no se entiende por las buenas, se lo haré comprender de una muy mala manera — declaro sonriendo.

El tema de los rebeldes y el apoyo de las familias que estaban en nuestra contra se terminó en el preciso momento que demostramos junto a Ignati que con nosotros no se jode. Si mis tíos eran despiadados, nosotros su descendencia lo superamos, solo que de una manera más culta y arrogante. Al mostrar un ingenioso invento de mi primo, nadie puede resistir a querer ser parte de ello.

Somos inteligentes, letales y sobre todo tenemos una nueva visión en la mafia que nos hará demasiado poderosos.

— Me gustan sus métodos por las malas — comenta Anker con diversión.

— Y por las malas debemos tratar a nuestros enemigos — sentencio pensativo.

Ahora teníamos dos enemigos, uno es Juan Luis Garcia y Emilia Garcia, el padre y hermana de Cayden. Mi amigo tenía razón en no querer confiar en ella, si la muy perra es demasiado peligrosa, por eso debemos cuidar a Viktoria de esa despiadada mujer. Es un lobo con piel de cordero, nos quiso ver la cara, lo que no sabe es que nosotros somos mucho más inteligente y siempre vamos un paso delante de todos.
El segundo problema, es Vicenzo Sinagra, su silencio nos hace desconfiar y no quiero que me agarre con la guardia baja, tocando mi punto más debil, Mackenzie.

— Iré a ver a mis tios, luego nos vamos a Washington a despedirme de mi novia y luego volvemos a Rusia — le digo para que empiece a organizar nuestra ruta de camino.

— Como ordene señor — contesta.

Había usado la tecnología de la mafia para entrar al sistema del hospital central de Chicago, lugar de trabajo de mis tíos para curiosear un poco sus horas laborales. Tenía que hablar con ellos, pero sin que mis primos esten presentes, tengo muchas dudas y creo que son las personas correctas para poder sentarme a hablar, sin más mentiras de por medio.

— Esperame aquí — ordeno cuando mi guardaespaldas aparca en la entrada de la casa donde me crié.

Bajo del auto, camino por esa gran entrada y suspiro cuando doy dos golpes a la puerta.

— Va — puedo escuchar la voz de mi tío.

Puede llevar años en este país, pero su acento lo seguirá delatando de por vida.

— Tío — digo cuando abre la puerta de su casa y se encuentra conmigo.

Un silencio nos invade, él solo me observa y ve como se acerca mi tía que se ilumina su mirada al verme parado ahí.

SASHA (5° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora