Mackenzie.
Secuestrada.
Solo bastó segundos para que tres autos nos encierren en el momento que estaba bajando en la acera de mi departamento en Washington. Cuatro segundos me llevó a mi defenderme y matar a dos de los seis hombres que querían secuestrarme. Me defendí hasta que la jugaron sucio, porque todo es más fácil con un poco de cloroformo, dormirme para poder trasladarme sin ellos morir en el intento.
Tal vez ahora puedan estar tranquilos que no haría nada, después de todo me tenía atada y maniatada en esa silla ante la atenta mirada de muchos hombres.
Si solo se atreven a tocarme uno de mis cabellos, sufrían las peores consecuencias, estoy demasiado cabreada y cortar pollas es mi objetivo.Todos esos cabrones son mis objetivos.
Tengo una leve sospecha de quien puede estar detrás de esto, solo que el muy idiota acaba de condenarse a muerte por el simple hecho de tenerme secuestrada. No solo la Bratva vendrá por mí, mis tios italianos también son lideres de mafias, no van a dejar esto impune y si quería lo podía hacer de la manera legal, papá pondrá arder el mundo con tal de salvarme.
Pobre idiota que tuvo la osadia de secuestrarme.
— Podrían darme agua, su jefe es un mal anfitrión — digo irónica
— ¿Sabes que estás secuestrada? — inquiero uno bufando.
— ¿Y? Eso no impide que puedan darme un poco de agua — declaro rodando mis ojos.
— Es insoportable — murmura otro.
— Gracias, es una de mis virtudes.
Los hombres suspiran y me observan. Se que les causo cierta intriga, pero también me tienen miedo y eso lo que me hace sonreír.
Pueden superarme en cantidad, solo que no deben subestimar a una mujer enojada, y vaya que lo estoy.No tengo idea de mi ubicación, alabado sea el chip de rastreo intradermico que papá nos obligó a ponernos por nuestra seguridad.
Ellos saben donde estoy y eso me da alivio.
— Estoy aburrida — murmuro. Mientras ellos están despitados, yo lucho con quitarme las cuerdas de mi muñeca.
— Silencio — mascullan.
Una puerta se abre, dejando que pueda observar la llegada de un hombre de mediana edad, que me mira sonriendo y eso hace enarcar una de mis cejas.
— Mucho más bella que las fotos — afirma.
— Gracias, la herede de mis padres — respondo sonriendo porque pude desatar mis muñecas.
— Supongo no sabes quien soy ...
— Esta en lo correcto, señor.
— Vicenzo Sinagra — se presenta.
Se quien es. Parece que no le bastó lo que hicimos en Alemania con sus hombres que sigue tentando el destino, solo que esta vez no saldrá vivo de esto, lo mata mi familia o lo haré con mis propias manos.
— Mackenzie O'Donnell — digo levantando mi mano para estrecharla con la de él y generando que sus hombres jadeen por eso.
— Hija de puta — masculla uno de los tipos.
— Un poco de respeto por mi madre — digo fulmimnadolo con la mirada.
— Una linda cajita de sorpresa, señorita O'Donnell — habla Vicenzo sonriendo. — Supongo que el rey de la Bratva no podía elegir una chica indefensa ...
— Mis padres no criaron una princesa — declaro.
— Lo veo — observa. — Atenla — les ordena.
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SASHA (5° SAP)
RomanceQuinta historia de la Saga Atracciones Peligrosas. Su destino estaba escrito desde el momento que llegó al mundo, solo él podía cambiarlo, pero decidió seguir ese camino tratando así olvidar a esa pequeña niña acosadora que lo vuelve loco desde que...