2011
En un principio fueron moderadas y aunque parezca mentira, una botella de cava fue suficiente para ponerse piripis y cuando digo piripis es contentillas, sin llegar a estar borrachas. Después de un rato de charlas ambas se fueron soltando y relajando, siendo más confidenciales sin temor alguno. Algunas risas se escapaban por los calores que les subían, Clarke no sabía si sus padres la echarían la bronca por verla así o celebrarían que se comportaba como una adolescente más:
- Te confieso- dijo Lexa intentando verter las ultimas gotas de cava en su vaso- que en segundo me gustaste.
Clarke quedó estupefacta, era como si hubiera escuchado lo impensable, incluso pensó que en algún momento de la noche se había dormido y ahora estaba viviendo un sueño, rompiendo a reír como si lo hubiese dicho en broma:
- Venga ya ¿yo gustarte a ti?
Lexa carcajeó y la miró divertida:
- Sí, tú gustarme a mí.
- ¿por qué?
Preguntó anonadada la rubia. Lexa alzó las cejas, pues le sorprendía que Clarke no se lo creyera, es decir, si tuviese fama de ir de flor en flor, vaya que vaya, pero creía haber demostrado que ella no era esa clase de personas como para poner en duda lo que decía:
- Eres interesante, inteligente, buena, dulce- empezó a enumerar- me encanta cuando te pones colorada o cuando te enfadas se te pone una arruguita en la frente y eres preciosa.
Clarke volvió a reír al escuchar eso ultimo:
- No mientas ¿me has visto o necesitas gafas?
- Te veo muy bien- dejó escapar una risita- bueno te vía muy bien ahora veo la realidad un poco alterada por los efectos del alcohol.
Clarke dejó escapar una carcajada:
- Puede ser eso, que digas estas cosas porque estés borracha.
- Pero dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad- se tumbó un poco en el sillón- ¿a ti no te gusta nadie?
Clarke también se tumbó al lado de Lexa, empezaba a sentirse mareada y bueno, ya que estaba podría aprovechar la situación, confesar lo que sentía a Lexa y luego escudarse en que había bebido, que no sabía lo que hacía, si es que Lexa se acordaba de ello:
- Sí, tú.
A ver si era verdad de que los niños y los borrachos decían la verdad, quizás el dicho viene a que en esos dos casos como que los filtros disminuyen. Durante unos segundos Lexa se la quedó mirando en plan ¿qué? hasta que rompió la pequeña tensión volviendo a reír:
- Venga ya, no me lo creo.
- Un momento- dijo Clarke un poco jocosa- ¿por qué tengo que creer que yo te gusté a ti? Pero ¿tú no puedes creerte que me gustas a mí?
Lexa se puso un poco seria, aunque no borró la curvatura de los labios ni apartó su mirada verdosa de los ojos azules de Clarke:
- Porque mírame, la única aspiración que tengo es el de heredar el negocio de mi padre, no saldré de esta isla y mi condición...- bajó un poco la mirada- no suelo ser el criterio de nadie, incluso de Costia que es bisexual.
- ¿por qué dices eso? Se os veía felices.
- No siempre se es lo que se aparenta- se tumbó mirando el techo del camarote- no sé ni porque estaba conmigo, daba la sensación de que en el fondo le daba asco.
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Aguas tranquilas
FanfictionClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...