Capítulo 26

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2018

¿Qué se puede hacer en una isla? ¿Ir a la costa a pasear por la playa? ¿hacer senderismo? Lexa pensó en llevar a Clarke a navegar, pero estaba arreglando el velero y cambiando piezas de motor, así que no consideraba "seguro" Tampoco quería retenerla encerrada, así que hizo pinto, pinto, gorgorito y terminaron haciendo senderismo por la maleza de la isla, la suerte es que a menos que fuesen en círculos no podrían perderse. Clarke pasó a su casa a por ropa deportiva, la única que tenía era de hace años, así que, le quedaba un poco grande, tuvo que atarse bien los cordones de la cintura, al menos la sudadera se la dejó Lexa, que, quitando la talla de sujetador, manos o menos tenían la misma figura en cuanto a volumen, en cuanto a estructura, Lexa era unos centímetros más alta y unos brazos más largos, por lo que tuvo que doblar las mangas:

- ¿qué planes de futuro tienes?

Preguntó Clarke mientras caminaba al lado de Lexa, de vez en cuando miraba por las raíces de las ramas o el suelo, en esa isla no había bichos venenosos, pero sí había culebras sobre todo si había arroyos o el río pasaba cerca, siempre había culebras de agua y le daban pánico, casi cualquier reptil, hasta las iguanas. Lexa se encogió de hombros:

- Casarme, tener hijos, formar mi propia familia- Respondió con seguridad- seguir arreglando motores que es lo que me gusta ¿y tú? Dedicarte a la medicina supongo.

Clarke no respondió, más bien formuló una pregunta que extrañó mucho a la morena:

- Digamos que el día de mañana aparece Costia y te dice que ha tenido un hijo tuyo ¿qué le dirías?

Lexa carcajeó:

- Que eso es imposible.

- Estoy hablando con suposiciones, supongamos que tuvo un hijo tuyo sin tu saberlo y hasta años más tarde no se ha atrevido a decírtelo.

Lexa puso una mueca:

- Suponiendo que tuvo un hijo mío, que es prácticamente imposible y no me dijo nada, me enfadaría y mucho, no lo vería justo, me habría quitado los primeros años de vida, ver como se formaba, sus primeros llantos, sus primeras risas- y todo esto era como puñetazos para Clarke- sus primeros pasos y palabras. Vería a Costia hacer algo así, por suerte como te dije es un caso imposible de darse.

Clarke ya no podía más, paró y agarró a Lexa del antebrazo para que parase y la mirase, obvio que no quería ver a Lexa cabreada, ni que la odiase, ni que le retirase la palabra, aunque estaba segura de que su relación cambiaría para siempre:

- Lexa, tengo que decirte algo y posiblemente me vas a odiar mucho...

Lexa se acercó a Clarke y le acarició la mejilla mientras sonreía con cara bobalicona:

- Jamás podría odiarte.

- Lexa yo...- retiró la mirada por vergüenza y justo vio una culebra apenas del tamaño de un palmo y a medio metro, aunque era suficiente para que el dramatismo de Clarke saliera a la luz y distorsionase tanto la distancia y tamaño, pues la vio demasiado cerca y muy grande, tanto así que empezó a chillar y se colgó de Lexa como si fuese un mono- SERPIENTE, SERPIENTE, UNA SERPIENTE.

Obviamente la culebra reaccionó con más miedo que la propia Clarke y se fue reptando por los hierbajos, mientras que Lexa que no se esperaba esa reacción y sin estar preparada para sujetar a Clarke en brazos, acabó cayendo de culo con Clarke aun dramática:

- Clarke, ya se ha ido- Dijo Lexa entre risas- sí querías decirme que no te gustan las culebras a quedado bastante claro, pero eso no es motivo para odiarte guapa.

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora