2018
Clarke estuvo contemplando un buen rato a Lexa mientras dormía. Estaba de lado, con el rosto mirando hacia ella, la sabana cubría hasta casi su cadera, mostrando un poco más debajo de su abdomen y parte de sus oblicuos. En el silencio de la habitación se escuchó la vibración de su móvil, Clarke frunció el ceño, era extraño que llamaran a esas horas. Con cuidado de no despertar a Lexa se levantó de la cama y rebuscó entre las prendas de ropa que estaban tiradas por el suelo hasta que dio con el dispositivo insistente. Era su madre, ahí si que se preocupó ¿quién más podría llamarla si no? ¿un comercial? Son pesados, pero no tanto como para traspasar esos límites. Con el corazón acelerado salió de la habitación, había 7 llamadas de su madre, SIETE, había estado tan absorta en querer disfrutar cada segundo con Lexa que realmente se había olvidado de todo lo que existía fuero de la burbuja que se había creado. Se encerró en el baño y respondió entre susurros:
- Hola ¿qué ocurre?
Y tras escuchar la noticia que le dio su madre sintió como el pulso de su corazón se aceleró aun más, casi no podía respirar y la temperatura corporal cambió:
- ¿Cómo?
Para una madre joven o mayor que su hijo enferme ya es motivo de preocupación, ya que su hijo enferme y lo ingresen en el hospital, aunque sea por una diarrea y no estar a su lado, es desesperante. Angustiada miró la hora, tenía pensado pillar el ferri del medio día, suficiente para hablar con Lexa, pero los planes cambiaron drásticamente, el primer ferri llegaría en tres horas:
- Voy lo más rápido que puedo.
Colgó y sin hacer ruido entró en la habitación de Lexa para recoger todas sus prendas de ropa sin hacer ruido o intentando hacer el mínimo ruido. Por unos minutos miró a Lexa con un puño en el corazón, tenía la sensación de que sería la ultima vez que la vería, pues al irse así, sin decir nada, se sentía tan cobarde, podría despertarla y sorprenderla con la noticia de "eh, Lexa, nuestro hijo está ingresado y me tengo que ir" se quedó con intenciones de decirla la verdad y se iría sin decirla nada. Mientras derramaba una lágrima salió de la habitación de puntillas y se vistió todo lo deprisa que pudo para ir a su casa y hacer la maleta.
El viaje de vuelta fue el viaje más largo y doloroso que haría.
En cuanto a Lexa, a la mañana siguiente sin abrir los ojos palpó a su lado esperando encontrar a Clarke, abrió un ojo y se incorporó un poco, la habitación estaba vacía, las cosas de Clarke no estaban, se levantó y salió de la habitación, no estaba en el baño, ni en la cocina ¿se habría ido a su casa?
2021
Clarke tenía razón, se estaba complicando la vida al ir a esas consultas. Escuchar los latidos del corazón de un ser que apenas medía lo mismo que una lenteja, era mágico, pero ver como "su" pequeño cacahuete había crecido hasta empezar a tener esa forma humanoide, con su cabecita, sus bracitos, piernecitas y...:
- Es un niño.
Lexa inconscientemente sonrió mirando a la pantalla de resonancia y tal como hizo la primera vez, la doctora Tray las puso el sonido de los latidos de su corazón:
- Vaya...
Musitó con fascinación ¿así se hubiera visto Aden? Y ¿Cómo aseguraba que era un niño y no había heredado su condición? Ahora había pasado de ser un cacahuete a una calabaza butternut, pero con forma más humanoide, una calabaza con bracitos, piernecitas y pene. Luego se sintió estúpida o, mejor dicho, perturbada por comparar a un feto con productos alimenticios. Era emocionante, porque a Lexa le parecía hermoso como se formaba una nueva vida, hasta que miró quien era la madre y tuvo sensación agridulce, el recipiente porque la consideraba tan podrida que ni humana la consideraba estaba llena de veneno. Como la primera vez que la acompañó, Costia pareció desinteresada:
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Aguas tranquilas
FanficClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...