¿Hicieron todos los pasos que les indicó Ontari? No, al día siguiente antes de levantarse, Clarke terminó persuadiendo a Lexa para echar uno rápido, en teoría esa noche sería la noche, que más da adelantarlo a la mañana de ese mismo día. Tuvieron un día en familia, Lexa y Aden montaron juntos la cuna en su habitación, justo al lado de Lexa que es donde más sitio había y no entraba tanta luz en la mañana. La rubia aprovechó para sacar fotos de Lexa y Aden, para mandárselos a su madre y para tenerlos de recuerdos, poco a poco llenarían la casa de fotos y forjarse esos recuerdos provocaba, que Clarke llorase de emoción, literalmente, era como si estuviera viendo vídeos de gatitos graciosos las 24 horas del día y en vez de insensibilizarse, ocurría todo lo contrario.
A las pocas semanas, Clarke cumplió su palabra y después de que su vida sexual, fuese un poco más activa, dieron por concluido que ya habían sacado todo lo que tenían que sacar, Lexa ya no estaba distraída y a priori parecía que no le ocultaba nada y Clarke tampoco, quizás aun sentía que Lexa la seguía tratando demasiado como a una princesita, por el amor de dios que sacó a Aden adelante los primeros años de su vida, con ayuda de Abby pero su madre no la trataba como si fuese de mantequilla, pero bueno, así era Lexa y tenía que aceptarlo.
Siguieron con sus clases de parto, enseñaron a cambiar el pañal, bueno, Clarke ya sabía, así que dejó el honor a Lexa, si solo era el pañal manchado por heces y orín de mentira y ya ponía un mohín de asco:
- Pues no quiero saber cuándo sean cacas de verdad y apesten mucho.
Animó la rubia mientras observaba a Lexa sentada en una silla, cada vez le dolía más los tobillos, según las dijeron en la última revisión es que la niña estaba creciendo muy bien, todo apuntaba que sería igual de alta que Lexa. La morena estaba arrodillada en el suelo, con los pañales limpios a un lado, toallitas a otro y polvos de talco a mano, tenía tumbado al muñeco sobre una toalla y resultó ser tan realista, que en cuanto quitó el pañal sucio y levantó las piernas de plástico un chorro de agua salió disparado mojando la cara de la ojiverde, aquello provocó que Clarke carcajease:
- Tendría que haberlo grabado- Lexa la miró con cara de pocos amigos- ¿qué? es lo que toca, ya verás cuando nuestra pequeña empiece a pillar virus estomacales, no sabrás por donde te puede venir.
- Disfrutas metiéndome miedo ¿verdad?
Clarke alzó la mano casi juntando el dedo índice y pulgar:
- Solo un poquito.
Lexa sonriente negó con la cabeza, se acercó a la barriga de Clarke y susurró:
- Mamá es cruel- posó su mano y sintió como la niña dio una patadita- nuestra pequeña me da la razón.
- Lo que te está diciendo es que tienes a nuestro babyplastic con el culo al aire, se nos va a resfriar.
Lexa dejó escapar un suspiro y siguió cambiando el pañal. Ya en el tramo final trabajaron los días previos al parto, como llevar las contracciones, los pequeños calambres molestos que sintió Lexa en un ratito y que Clarke sentiría durante horas y horas. La doctora que fue a dar la charla, indicó que posturas colocarse y que mejor caminar un poco y la importancia de que la pareja se involucre sobre todo esos días, sobre todo guiar a la pareja, pues según comentó, acaban siendo quienes más histéricos y estresados están, le mandó el ejercicio de respirar profundamente, no a Clarke, si no a Lexa y dijo la verdad, no sería un momento de gritos y llantos como suelen pintar las películas, la preparó para ver varias posibles versiones de Clarke y de todas los escenarios posibles, tenía la certeza de que sería la Clarke que la maldeciría y odiaría mientras experimentaba lo maravilloso que era traer una vida al mundo. No la culpaba, aun recordaba el sufrimiento que sintió con los electrodos que le puso en su día y si era así, le daba hasta la razón. También la morena se informó, hasta que momento era sano mantener relaciones sexuales, porque Clarke tenía sus días que no le apetecía nada, pero ni tontear y otros que parecía pasar alguna especie de celo y dado que ya estaba en la trayectoria final del ultimo trimestre, no quería hacer algo que provocase el adelanto del parto:
ESTÁS LEYENDO
Aguas tranquilas
FanfictionClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...