capítulo 16

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 2011

Llegó el día en que Clarke "presentaría" formalmente a Lexa a sus padres. Una barbacoa familiar en la playa. Sobre el incidente en la cascada Clarke prefirió ser sincera con sus padres, agarró el toro por los cuernos y su padre tuvo que aceptar que su hija era activa sexualmente. No fue fácil, porque la gente hablaba y cuando veían a la rubia la señalaban o la miraban mientras cuchicheaban, ya estuviera sola o en compañía de alguien, como su madre o su padre, el hombre se contenía mucho de no partir caras, incluso propuso a su mujer comprar kilos de sal, sosa cáustica o una picadora gigante por si había que cometer algún crimen. Abby era más paciente, años y años siendo profesora de adolescentes en pleno edad del pavo, o sacaba paciencia o se moría de ansiedad:

- que les den a todos esos hipocritas- le decía a su hija- como si no mantuvieran relaciones sexuales, apostaría que más de una se ha puesto de rodillas muchísimas veces y no para rezar precisamente.

- Mamá

Decía Clarke con sorpresa. Clarke podía llevar lo de las miradas y cuchicheos, pero alguna que otra vez se le acercó algún chico con intenciones sexuales, siempre estando sola y no sabía si agradecer de no tener a Lexa cerca porque sabía que ella respondería con violencia, o si sentir miedo por si se atrevían a algo más que decirle unas palabras. Tampoco le decía nada a Lexa porque seguramente se mortificaría al permitir que esa tarde siguiese con sus besos e intenciones de ejecutar cierta práctica sexual. Aún así se convencía de que todo eso acabaría cuando se fuese y empezaría una nueva vida lejos.

Jake no dijo nada a Lexa, no la trató mal e intentaba ser el padre moderno como lo era Abby, pero no podía evitar esas miradas acusativas de "esa es la que usurpa el cuerpo de mi hija cuando no miro" y cómo era de esperar, aprovechó el rato que ambos estaban solos para intentar "conocer" a Lexa con más profundidad:

- Dime Lexa ¿qué planes tienes para cuando acabe el verano"

La morena se guardó las manos en los bolsillos del bañador y contestó con total sinceridad:

- ayudar a mi padre con el negocio.

Jake echó más carbón a la barbacoa:

- me refiero a ¿qué planes tienes con mi hija después de que se vaya?

Lexa al ver las verdaderas intenciones de Jake lo miró con seriedad, en realidad quiso decirle que le hiciera esa pregunta a su hija:

- señor Griffin, quiero a su hija e incluso la mencioné de casarnos cuando terminase la carrera.

Jake miró con sorpresa a la morena:

- quieta para joven- dijo poniendo la mano en señal de stop- solo quería saber que quieres a mi hija, pero no como para cometer el error de casaros tan jóvenes.

Lexa puso una mueca:

- ¿considera que cometió un error al casarse con Abby?

- No, pero son otros tiempos y los jóvenes sois más impulsivos- dio una palmada a la espalda de Lexa- hoy en día deberéis preocuparos por viajar, vivir la vida y luego si eso casarse y tener hijos.

Lexa miró confusa a Jake:

- entiendo que como padre tenga miedo de que haga daño a su hija, pero ¿no es lo que quería escuchar? ¿Pedirle permiso para casarme con su hija?

Jake reaccionó como si le hubiera dicho una barbaridad y movió sus manos:

- no, con decirme que quieres a mi hija es suficiente.

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora