2011
Clarke se armó de valor, no estaba con su mejor conjunto, pero bueno, tampoco iba a ir corriendo a ponerse otra cosa, así que abrió la puerta y ahí estaba Lexa, con ropa vaquera, una camiseta con las mangas arrancadas quedando como una camisa sin mangas, en los laterales de la prenda se podía ver su top de color negro para no destacar con la prenda que tenía encima. Efectivamente, en sus manos tenía un ramo de lirios rosas, Lexa al ver a Clarke sonrió y como si tuviese un botón automático alargó el brazo:
- Para ti.
Clarke sonrió y aceptó el ramo de lirios:
- ¿qué haces aquí?
Lexa se pasó las palmas de las manos por la tela vaquera de sus pantalones:
- Como te fuiste sin avisar, me preocupé- respondió la morena- tenía miedo de que te sintieras mal o estuvieses enfadada o que te hubieras arrepentido.
Clarke salió de la casa y cerró la puerta tras de sí, no creía que su madre escuchase, pero solo por si acaso:
- No me siento mal, ni estoy enfadada- confesó- ni me arrepentí. Es solo, que tenía miedo de que tú lo hicieras, Lexa no hace ni veinticuatro horas que lo has dejado con Costia y yo tampoco soy alguien de una noche y ya.
- No te considero mujer de una sola noche- dijo algo nerviosa, dibujó su hermosa sonrisa- te aseguro que durante todo el trayecto he estado pensando en todo lo que te quería decirte, pero no es fácil- se humedeció los labios- ¿te gustaría salir a cenar conmigo? - Clarke puso expresión de sorpresa, eso no se lo esperaba- o ¿tomar un helado? - alzó las manos en señal de stop para tranquilizar- solo tomar algo, para conocernos mejor y para hacerte entender que no te veo como alguien de una sola noche.
Podía creerla y quería creerla, pero es que había escuchado tantas historias en los baños de mujeres por chicas llorando, justamente porque muchos les comía la oreja con palabras bonitas y promesas de amor, solo para comerlas otra cosa, aunque Lexa no le había hecho ninguna promesa de amor, pero es que no dejaba de pensar que lo había dejado la noche anterior con Costia y que cabía la posibilidad de verla como una presa fácil de abrise de piernas:
- Lexa, es que me parece muy raro que después de...- bajó la voz- acostarnos, te presentes en mi puerta en plan Leopoldo- movió las flores- pidiéndome una cita con la única intención de conocerme y no acostarte conmigo, ya se sabe que en el momento que se cata el vicio...
Lexa puso un puchero inocente mientras escuchaba a Clarke, hasta que no pudo más y la interrumpió:
- Cuando te concentras en un examen arrugas la frente y las preguntas que más te cuesta responder puedes estar minutos mirándola mientras mordisqueas la tapa del bolígrafo- sonrió- mínimo habrás roído siete, cuando estás nerviosa en un sitio público, sueles apartarte y esconderte detrás de unos mechones rubios mientras te manoseas el pelo- se acercó a Clarke que se había quedado pasmada- la primera vez que te vi ibas con un chándal rosa, el pelo recogido con una coleta y te acompañaba un conejito de peluche.
- Eso tendría que ser en primaria.
Musitó Clarke:
- No te mentí anoche cuando te dije que me gustaste y me sigues gustando, ya te dije las razones por las que no me atreví a decírtelo, soy el bicho raro y tenía miedo de que reaccionases con asco, pero después de anoche- acortó distancias con Clarke y le agarró la mano- tengo esperanzas, sí el sentimiento es reciproco acepta a tener una cita conmigo, si no es así, dímelo, lo encajaré y no insistiré más.
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Aguas tranquilas
FanfictionClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...