2011
Lexa fue dulce, primero unos roces con sus labios eran los únicos que había probado y resultaron ser suaves, muy suaves. Clarke en un principio estaba casi paralizada por los nervios, con miedo de hacerlo mal, un poco paranoica, en el sentido de que tenía miedo de morderla, de clavar sus dientes o cualquier cosa, razón por la que se dejaba llevar. Lexa se acercó un poco más mientras pasaba su mano por la mejilla hasta guiarla detrás de su nuca para atraerla más, progresivamente Lexa fue acariciando con su lengua el labio inferior de Clarke y solo con eso consiguió robarla un suspiro:
- ¿quieres que pare?
Volvió a preguntar la ojiverde sin separarse apenas unos centímetros:
- No
Respondió Clarke aferrando las mejillas de Lexa y la atrajo más para disfrutar un poco más, aunque sea los últimos besos. Lexa curvó levemente sus labios antes de elevar la intensidad de los besos, llegando a un punto que se olvidaron de la timidez. La morena rodó hasta quedar encima de la rubia que entreabrió los labios para dar paso a la experta lengua de la morena. Clarke entreabrió los ojos cuando sus lenguas se rozaron, cuando era pequeña y veía a los mayores haciendo eso le daba un asco horrible, fue en este momento cuando lo entendió todo, porque no solo lo sentía en su boca, en su lengua, porque ese gesto, ese simple gesto, era capaz de dominar todo su cuerpo, cada roce de su lengua era un latido que sentía en sus partes íntimas. Lexa comenzó a besar la mandíbula de Clarke y empezó a bajar por su cuello, fue cuando la rubia empujó un poco a la ojiverde:
- ¿qué? ¿te he incomodado?
Clarke miró a Lexa, tenía la respiración agitada y los labios rojos por los besos intensos. La joven rubia también tenía la respiración acelerada como su corazón:
- ¿estás segura de que me has traído aquí solo para hablar?
Lexa frunció el ceño y se alejó un poco más apoyando las manos en el sofá cama, parecía que esa pregunta la hubiese molestado un poco:
- Si estás insinuando que te he traído aquí para acostarme contigo la respuesta es no- le costó un poco confesar lo siguiente- Clarke, soy virgen, ya te dije que estoy cómoda en tu compañía y que quería hablar, no quiero que te sientas obligada a hacer nada, tan solo te estoy besando y si quieres que el límite sea ese lo voy a respetar.
Clarke pestañeó un par de veces en silencio:
- ¿tú y Costia nunca...?
- Llegar hasta el final nunca- torció el gesto - ¿sueles sacar el tema de los ex cada vez que te lías con alguien?
Clarke no sabía si tomárselo a broma o si sentir vergüenza:
- Ya te dije que nunca me había besado con alguien.
Lexa que aún estaba encima de Clarke sin apoyar todo su cuerpo sobre ella, apoyó los antebrazos sobre el sofá cama:
- Clarke- musitó Lexa mirando fijamente a los ojos de Clarke- no quiero que pienses que soy ese tipo de gente que busca tener un lío de una noche y si te he visto no me acuerdo y si te hice creer eso te pido disculpas.
Bueno, es que ahora que sentía más el peso corporal de la ojiverde, pues tenía la duda, lo que estaba sintiendo en su pelvis ¿era su móvil? O ¿era su...? Claro, pues eso confundía un poco a la rubia y para sorpresa de ésta no la incomodaba, al contrario, su cuerpo reaccionaba también, la primera vez que se excitaba en compañía de alguien, vamos a ver, Clarke era tímida, era virgen y no se había liado con nadie, pero era humana, había experimentado la masturbación y sabía distinguir lo que es la excitación, es más, si fuese igual que la morena, posiblemente también se la notaría:
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Aguas tranquilas
FanfictionClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...