Si ya haciendo algo era desesperante, estar encerrada sin hacer nada lo era aun más, no podía ni mantenerse sentada en el banco incomodo de la celda. Caminando de un lado a otro, como si se tratase de un NPC con un determinado recorrido una y otra vez:
- Woods, tienes visita.
Informó el propio agente Wick, antes de que ambos se dedicasen unas miradas de amor ausente entre ambos. Lexa se acercó a los barrotes y los agarró esperando que fuese Clarke quien entrase, pero no fue Clarke y tal como había previsto Fisher, se pudo palpar la decepción en su mirada:
- ¿Hablaste con Clarke?
Preguntó Lexa algo desconcertada. Ontari asintió con la cabeza mientras ponía expresión compasiva:
- Dijo que si venía y los secuestradores llamaban en el momento que está fuera de la casa...
- Los secuestradores no van a llamar- dijo Lexa con sequedad, apoyó la frente en uno de los barrotes- los secuestradores pueden que ni estén en la isla.
Ontari se acercó y posó su mano encima sobre la de Lexa:
- Algo me contó Lincoln ¿por qué no se lo dices a Clarke?
- La terminaría de destrozar.
La morena se movió algo exasperada, lo sentía por Clarke y por Lexa, pero es que le irritaba las situaciones en las que había un poco de injusticia ¿hasta que punto estaba dispuesta a anteponer lo que necesitaba para cedérselo a Clarke? ¿A Aden? O ¿a cualquier miembro familias o amistad?:
- A cambio prefieres destrozarte tú en vez de encontrar un punto intermedio en el que apoyaros mutuamente.
- Deja tu psicología barata, Ontari.
- Pues te diré una ultima cosa antes de marcharme, con mi psicología barata- la señaló con el dedo índice- si no encontráis la forma de apoyaros mutuamente, estaréis condenadas, porque no puedes cargar con todo, llegará un día que no puedas y te des cuenta de que no estáis en el mismo punto en cuanto prioridades.
Lexa se separó de los barrotes y se sentó en el banco incómodo, cabizbaja miró al suelo:
- No hace falta que me lo digas, sé que si perdemos a Madi para siempre...- rompió a llorar- no podríamos... y lo peor de todo es que arrastraremos a Aden con nosotras. No te voy a mentir que esperaba a Clarke hoy y que necesito un abrazo suyo, por otra parte, ella hizo su vida lejos de aquí y tengo la sensación de que soy yo quien la retiene y la culpable de que esté pasando por esto, primero Costia, mis inseguridades y ahora esto, hubiera estado mejor con otra persona lejos de aquí.
- Culparte por algo que no tienes la culpa no servirá de nada, es el problema de no poner cara a los verdaderos culpables, lo rediriges ha otro sitio y en este caso a ti misma, debes de ignorar esos pensamientos aferrate al amor que sientes por Clarke.
Lexa sonrió con ironía y miró a Ontari:
- Porque aferrarme a la fe de encontrar a mi hija ya es absurdo ¿verdad?
- Nunca.
Lexa negó con la cabeza y volvió a sollozar:
- Ya me he perdido la infancia de mi hijo, quizás este es mi maldito destino.
Dijese lo que dijese, de poco serviría, Lexa agachó la cabeza y empezó a sollozar desconsoladamente. Negándose a hablar, las heridas abiertas las tenía a carne viva y para poder ayudarla necesitaría más tiempo, no una charla de 15 minutos con unos barrotes entre medias.
A penas pudo pegar ojo, ya podía dar vueltas en ese banco, sentada, tumbada, con una pierna doblada, solo ella con sus pensamientos traicioneros, preocupada por Clarke, enfadada con Clarke, después se enfadó consigo misma por enfadarse con Clarke y todas las atrocidades que pudo haber pasado por su cabeza:
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Aguas tranquilas
FanfictionClarke vive en California junto a su hijo Aden y su madre Abby. Una noche regresa del trabajo y su madre le confiesa que aceptó una invitación de antiguos alumnos sin su permiso, obligándole a ir a su pueblo natal y desvelar el secreto que lleva gua...