Aguas tranquilas

Capítulo 12

2011

La temperatura de sus labios estaba fría y saladas por el agua. Clarke terminó abrazándose a Lexa, labio con labio, lengua acariciando lengua, acelerando el ritmo de dos corazones y alborotando sus hormonas de adolescentes y aunque el cuerpo de Lexa ya se había acostumbrado a la del agua, en modo de defensa lo de abajo seguía escondido y encogido, así que eso lo agradecía, porque besar a Clarke era como sentir el infierno en su interior. La morena se separó un poco para recuperar el aire y miró al color azul claro, era como contemplar el reflejo del cielo en ellos:

- ¿Te apetece a tomar algo? He traído refrescos.

Clarke bajó la mirada a los labios gruesos de Lexa y Lexa miró el lunar de Clarke:

- Vale.

Susurró, su cerebro le dijo "sube, ve a por algún refresco" pero su lógica en ese momento no mandaba, mandaban sus hormonas y no tardaron en volver a besarse mucho más fervientemente, Clarke pasó sus manos por la nuca de Lexa para sentirla más intensamente:

- Podemos salir del agua- dijo Clarke separándose un poco con respiración agitada- me estoy quedando como una pasa.

- Sí.

Lexa se separó para dar espacio a Clarke y que pudiese darse la vuelta y poder salir del agua, en cuanto subió al velero fue a por su toalla para taparse, por frío y por la vergüenza, Lexa hizo un tanto de lo mismo, pero no se tapó la parte superior, más bien la inferior, ambas se miraron y bueno, la morena sintió ganas de retomar lo que habían dejado, pero también como que también había pasado el momento:

- ¿qué refresco quieres tomar?

- ¿tienes un refresco de naranja?

Lexa sonrió:

- Claro.

- Tomaré uno.

- Vale- señaló la puerta de las escotilla- tardaré un momento, tengo que cambiarme la parte de abajo, tener tanto tiempo algo mojado ahí abajo tanto tiempo me genera infección de vejiga.

Clarke asintió con la cabeza, porque tener a Lexa cerca semidesnuda, pues la mente calenturienta de Clarke podía ser muy explicita y eso que no se la había visto directamente. Ya se sabe, las personas más calladas luego son las peores. Clarke esperó durante unos segundos... "la regla de las tres citas" por otra parte pensaba "Vive la vida solo estarás dos meses, no pierdas tiempo" por otra parte "Que vergüenza" y no solo el cerebro hablaba, no, en la parte inferior tenía la pequeña campanita palpitando en plan "Hecho de menos sentir su lengua aquí mamita" poco a poco fue acercándose a la puerta de la escotilla pensando que Lexa se cambiaría en el pequeño baño y para sorpresa de la ojiazul no era así, pues estaba un poco más adentro semidesnuda secándose con la toalla, tenía un trasero interesante, no era de cuerpo rectángulo, ni de espalda triangular, tenía una cadera un poco ancha y más grasa en esa zona que en el resto del cuerpo, verla en esa tesitura fue como el hiper despertar sexual de la rubia, su clítoris ya estaba bailando la sarandonga, algo así "mamita, sarandonga no vamos a comer un arroz con bacalao, sarandonga cuchiviri cuchiviri" así que ¿qué demonios? Clarke entró en la escotilla y en cuanto Lexa se percató rápidamente se tapó con la toalla. ¡Vaya! Por mucho que Lexa pudiese parecer lanzada, pero también tenía su pudor:

- Clarke- dijo sorprendida- Perdona ¿querías ya tu refresco?

Clarke negó con la cabeza y acortó distancias con Lexa aferró su rostro y por primera vez, por iniciativa propia de Clarke, la besó, la besó con la misma intensidad y vehemencia que lo hizo Lexa momentos antes. La morena al primer contacto sonrió y le devolvió el beso, abrazándose más fuerte para sentirse la una a la otra, poco a poco Clarke fue caminando hacia atrás hasta toparse llegar al sofá cama y con cuidado fue dejándose caer, seguida de Lexa que se tumbó a uno de los lados para no "aplastar" a Clarke, más bien tenía miedo de que el asta de la bandera se elevara y que la rubia lo siniese o asomase por la toalla. Lexa dejó escapar un leve gemido: