Capítulo 37

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Anya ya se había marchado para comenzar su jornada, estaba de guardia por la noche, así que lo más seguro es que Raven no la vería hasta el día siguiente. Así que, quien recibió a nuestras protagonistas fue Raven. Una de las mayores ventajas de trabajar en casa es que no necesitaba quitarse el pijama desde tan temprano. Lo que fue sorprendente es el tipo de pijama que llevaba puesto, a priori parecía uno normal, pantalones de algodón largos de cuadros y una camiseta de algodón gris, el punto era cuando se fijaban en el dibujo de la camiseta, era la silueta de dos conejos copulando:

- Raven- Dijo Lexa al percatarse de ese detalla- ¿No tienes otro pijama? Ese no le veo adecuado para que lo vea mi hijo.

Raven se miró el dibujo:

- Sí tengo otro pijama, pero está en la lavadora y creéme que las únicas que le dan importancia al dibujito de los conejos sois vosotras, son dos animalitos dándose amor, no tiene que saber más detalles.

Clarke decidió no dar más vueltas al asunto:

- ¿dónde está?

- Le dejé resolviendo un cubo de Rubik, debéis estar orgullosas es luchador no abandona, aunque se frustre- señaló dirección a la cocina- vamos os sirvo un café que parecéis necesitarlo más que yo.

Lexa y Clarke siguieron a Raven hasta la cocina:

- No hace falta, no queremos molestar.

Raven sacó dos tazas y las acercó a la pequeña mesa que había junto a la pared, esa pared que Raven quiere tirar para hacer de ella una cocina americana, pero Anya se negaba a meterse en obras por el momento, precisamente porque eso equivaldría a suciedad, polvo y todo lo que pudiera alterarle los nervios:

- No es molestia- dijo señalando a los taburetes que rodeaban la pequeña mesa- así alimentáis a la mari que llevo dentro, últimamente Anya me trae pocos cotilleos.

- Pues cuando sepas lo que te tengo que contar- dijo Clarke sentándose a uno de los taburetes- digno de las típicas películas que se emiten una tarde de domingo.

- Yo iré a ver a Aden- Dijo Lexa haciendo una señal con la mano- a mi no me sirvas café que luego me da taquicardia.

Raven asintió con la cabeza y ambas vieron como la ojiverde se alejó de la cocina. Raven terminó de poner a la mano de Clarke una jarrita de porcelana con leche, azucarillos y la jarra de café:

- ¿ahora fuera de bromas? - dijo la señorita Reyes sentándose junto a Clarke- esa mecánica de ojos verdes no tiene buena cara.

- Como para no tenerla, sabes el drama de la mujer que abusó de Lexa...

- La campeona de matemáticas prepotente, la que quedó embarazada ¿no?

Anya no había ido al instituto ni al colegio como fue Raven, ella si conocía a Costia, no es que fuese de las que la hiciera bullying, pero igual solía mirar por encima del hombro. Terminó la frase la morena:

- Resulta que todo era mentira, bueno, los resultados de ADN eran falsos, no es de Lexa y el asunto que contó Anya con la doctora Tray, pues es el mismo caso.

Raven puso expresión de sorpresa:

- No puede ser, ni que fuese la Rubí- Clarke se quedó desconcertada con eso- la telenovela de Ru...- hizo un gesto con la mano- déjalo, pero ¿vais a denunciar?

Esa misma madrugada, Clarke hubiera contestado con un rotundo sí, pero dada la situación de Co... mejor dicho, del bebé de Costia, estaba sopesando denunciar, pero no a Costia:

- Costia sigue casada y el marido a aparecido.

Raven pegó un pequeño grito, no se sabe si de nervios o excitación:

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora