Capítulo 22

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2018

Lexa era consciente de que su historia con Clarke no iba a ser la misma y que posiblemente se volvería a marchar, todos lo hacen, puede que lo que quisiera hablar con ella es darle una explicación de por qué se fue sin decirle nada, en parte llegó a culpar a sus padres, por como la trataron, pensó que sus padres la convencieron de dejarla, no saber los motivos daba para muchas teorías, una de ellas fue por su condición, aunque la señora Griffin siempre fue amable con ella en el instituto, quién sabía, a lo mejor fue pura hipocresía.

Dado que no esperaba cenar con nadie esa noche no tenía nada de comida, adornó las pocas sobras que tenía y compró un menú a la vuelta, esperaba que eso fuese suficiente, tampoco es que se le diera bien cocinar. Llegó lo antes posible y colocó los platos en la mesa para tenerlo todo listo, aunque algún pensamiento intrusivo tuvo, en plan "no va a venir" "puede que se arrepienta" "A lo mejor se ha ido en el último ferri" y su martirio acabó cuando Clarke por fin llamó a su puerta. Por lo menos le dio tiempo a cambiarse de ropa y quitarse toda la suciedad de aceite y grasa:

- ¡Hola!

Saludó Lexa un poco nerviosa. Clarke llevaba el mismo vestido y el pelo rubio recogido con un moño, dejando caer varios mechones por la frente. Clarke curvó levemente las comisuras de sus labios:

- Hola.

- Por favor, pasa- dijo haciéndose a un lado- toma asiento junto a la mesa ya está la comida servida.

Clarke alzó las cejas y entró, miró la mesa con todo preparado. No esperaba que fuesen a cenar, así que había comido un poco, lo que el estomago y nervios le permitió, pero tampoco quería ser desconsiderada, así que se sentó junto a la mesa y Lexa hizo lo propio sentándose enfrente:

- ¿un poco de pollo asado?

Preguntó Lexa, hacía mucho que tampoco hacía de anfitriona:

- Sí, pero no mucho, estos días no me entra mucho en el estómago.

- Con más razón hay que comer- dijo Lexa mientras cortaba el pollo a la mitad y le servía la mitad- te vas a enfermar.

Por suerte el pollo era de tamaño pequeño y parecía casi una codorniz grande. Lexa se puso la otra mitad y también repartió mitad de patatas asadas a Clarke y la otra mitad para Lexa, la rubia sintió como su estomago se cerraba al ver su plato tan lleno de comida:

- ¿Qué es de tu vida?- quiso saber la rubia- ¿Qué hay de Costia?

Lexa frunció el ceño, como si le hubiera hecho la pregunta más extraña del mundo mundial:

- No veo a Costia desde hace 7 años y dudo que vuelva a verla.

Clarke alzó una ceja, era obvio de que, si la dejó una vez, lo volvería hacer, tonta de Lexa por haberla perdonado, pero no se iba a meter en eso, solo esperaba que el Karma se lo hiciera pagar a esa arpía también:

- Ajá ¿entonces estás soltera?

- Paso demasiado tiempo trabajando en el taller, por ahora no estoy interesada en tener una relación formal- se encogió de hombros- después de dos relaciones fallidas, no tengo ganas de esperar a por una tercera y ¿tú?

- Nada serio.

Lexa asintió incómoda, no le gustaba la idea de imaginarse a Clarke con otra persona, obviamente no se lo diría y mucho menos se lo prohibiría, después de todo estaba soltera ¿no? Así que trató de cambiar de conversación:

- ¿Qué tal tu carrera de medicina? Debe ser emocionante curar pacientes

Dijo la morena con ojos brillantes. Clarke abrió la boca para decir la verdad, decir que se fue para nada y que nunca llegó a estudiar lo que quiso, que hubo una razón para no hacerlo y era que había tenido un hijo "un hijo tuyo" pero de su boca no salió esas palabras, pues la estaba mirando con tanta admiración que le dio pánico:

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora