Capítulo 29

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2018

Se había creado su propia burbuja, otra realidad diferente, como si nunca hubiera abandonado la isla, como si Lexa nunca hubiera vuelto con Costia y Clarke no se hubiera marchado, bueno, quizás de ser así no estarían en plan pulpo y tan apegadas. Ambas tenían cierto magnetismo que las atraía, daba igual el tiempo que habían pasado, daba igual como habían acabado. Eso dificultaba a la rubia mirar a Lexa a la cara y decir "tenemos un hijo, precioso, dulce y que se parece mucho a ti" un hijo al que le quitó 6 años de vida de convivencia. Prácticamente no se separaron casi, solo para hacer algo tan básico como ducharse, cambiarse de ropa y poco más, porque hasta la noche antes de que llegase el momento de separarse, estuvieron juntas.

"Mañana, a primera hora destrozaré nuestra relación al decir la verdad" pensó Clarke.

"Mañana, cuando vaya a despedirme de Clarke, le diré que en esta ocasión sí que pelearé por ella, aunque tenga que mudarme de esta isla" Pensó Lexa, le dolía tener que dejar atrás aquello por lo que luchó su padre y hasta el momento ella, pero ya dejó escapar a Clarke una vez, no lo haría de nuevo.

El destino tenía unos planes diferentes para ambas, durante el día Clarke había mantenido el teléfono en silencio y parte de la noche, había ignorado las llamadas, de su madre, de su jefe, de todos, se mantuvo en la burbuja hasta el último momento:

- Es la primera vez en mucho tiempo- comenzó a decir Lexa mientras cenaban, una enfrente de la otra, en el salón de Lexa- que no quiero que pase el tiempo, que se detenga y tenerte así, aquí para siempre.

Clarke miró su plato, por una parte, quería que así fuese, por otra llevaba mucho tiempo separada de Aden y no iba a negar que algo de ansiedad estaba empezando a tener por estar lejos de su pequeño retoño:

- Ojalá, ahora mi vida está en California.

- Puede que mi vida esté también en California.

Dijo insinuando "bien, yo también voy" y Clarke lo captó a la perfección. La rubia miró con seriedad a Lexa:

- Créeme, que no quieres que tu vida esté en California.

Lexa al sentir ese rechazo como una fuerte punzada en el pecho, se levantó molesta, uno de sus tics nerviosos, caminar de un lado para el otro, ya sea con los brazos cruzados o en jarra. Paró enfrente de Clarke:

- ¿estás casada? ¿Tienes pareja y no quieres decírmelo?

- ¿Qué?- preguntó desconcertada y más cuando ya le había dicho que no tenía pareja- No.

- Entonces ¿qué tengo de malo para que no quieras intentarlo? ¿soy una especie de juego retorcido?

Preguntó dolida la morena. Clarke se levantó y se acercó a Lexa para acariciarla:

- No tienes nada de malo, es complicado ¿seguro qué quieres que lo hablemos ahora? En el momento que nos miremos a la cara y saquemos todo lo que llevamos arrastrando estos años...- dejó escapar un bufido de resignación- todo se irá a la mierda.

- O no, puede que refuerce...

- Se irá a la mierda, Lexa, porque estarás en tu derecho de no querer verme y en odiarme.

Lexa puso una mueca de desconcierto:

- ¿Es que te has vuelto una prófuga de la justicia? ¿has robado? ¿has matado a alguien?

Quiso indagar la morena, porque era desesperante seguir con algo que no iba a acabar bien, por una razón que desconocía:

- Fue en defensa propia debes entenderlo- dijo Clarke seriamente asustando a Lexa- atracaban mi cuenta bancaria a base de impuestos abusivos- terminó con una sonrisa- aunque he fantaseado con matar a más de un banquero lo cierto es que ni he robado, ni he matado y menos soy una prófuga de la justicia.

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora