capítulo 21

1.9K 164 39
                                    

 2018

Con el paso de los años los padres de Clarke fueron cambiando de opinión e intentaban convencer a su hija de que le dijera a Lexa la verdad. Jake evidentemente cuando se enteró lo que le dijo Clarke se enfadó y le creyó con ojos cerrados, pero al paso de los años se cruzó con Lexa un par de veces, era imposible no coincidir en un pueblo pequeño. Nunca la vio con la tal Costia Hall y según le dijeron no las habían visto juntas después de verla con Clarke, empezaban a sospechar que la tal Costia le hizo una jugada muy sucia, habían juzgado a la ligera, pero Clarke era terca, Costia fue demasiado convincente y ¿por qué no creerla? Hasta que Aden empezó a tener curiosidad de sus "orígenes" y empezó a preguntar por su papá "¿quién es?" "¿No nos quería?" "¿es por qué soy diferente?" y tan pequeño Clarke se vio desbordada para explicarle que no tenía un papá, que su mamá era como él y obviamente no le diría que no sabía de su existencia, por egoísmo, por miedo a que la odiase por no decirle la verdad, que cometiese el error de buscar las formas de ponerse en contacto con Lexa. Vamos a ver, es un niño pequeño, eso no quería decir que no supiese manejar las nuevas tecnologías, si muchas veces Aden era quien enseñaba a la misma Clarke. Esto también le aterraba a la rubia, tenía que estar muy pendiente de que el niño no accediese a páginas peligrosas o no aptas para él.

Hasta que una noche, Abby recibió una trágica llamada. Jake Griffin, había sufrido un infarto mientras pasaba el cortacésped. Esa noticia fue un duro golpe para ambas y para Aden. Fueron en el primer Ferri que pudieron coger y pudieron despedirse de Jake una última vez. Eso sí, Clarke hizo todo lo posible por ocultar a Aden, le dijo al niño que durante esos días jugarían a un juego y nadie de ese pueblo podría verlo. Mayormente estuvo escondido en la habitación, suerte que era un niño obediente y esto generó discrepancias entre Abby y Clarke:

- Tendrás que decirle la verdad a Lexa algún día.

Abby estaba abrumada por el dolor de la perdida y esa situación absurda de tener escondido a su nieto. Clarke ya no era una adolescente y la vida le estaba haciendo madurar muy rápido, Lexa y Costia la hicieron daño, eso no le daba derecho a prohibir a Aden de conocer a su madre ni a quitarle ese derecho a Lexa y por primera vez en mucho tiempo, pilló a Clarke con la guardia baja:

- Lo sé, por eso me quedaré unos días, intentaré buscar la forma de decírselo- miró suplicante a Abby- te pediré que te vayas con Aden y cuando se lo diga iré a por él y lo traeré, tampoco puede perder días de colegio por esto.

Abby la miró con precaución:

- ¿Seguro que se lo vas a decir?

Clarke asintió con la cabeza, Aden cada vez se hacía más mayor y preguntaba por su papá:

- Sí, pero a mi modo.

Así pues, Abby regresó con Aden, contratando a una niñera que solo se encargaba de llevar y traer al niño, quedándose con el solo un par de horas.

Para aquel entonces Lexa ya había perdido también a su padre y se ocupaba del taller sola, la noticia de Jake Griffin corrió como la pólvora y quiso acercarse, dar sus condolencias a Clarke si es que había vuelto, pero después de su último encuentro con sus padres, las miradas de odio que le echaban, así que se mantuvo al margen y conforme pasaba los días, perdió la esperanza de ver a Clarke, pues escuchó que la señora Griffin se volvió a marchar.

Concentrada mirando debajo de un capó escuchó una voz que no oía desde hace años:

- Hola, Lexa.

Se incorporó lentamente porque creía que había sido producto de su imaginación, agarró el trapo que tenía a su lado y mientras se "limpiaba" las manos, se dio media vuelta, encontrándose con una Clarke Griffin 7 años más mayor, había perdido un par de kilos y el acné había desaparecido sin dejar ni una marca, aunque Lexa tampoco se paró a fijarse en esos detalles, porque había quedado hipnotizada con sus ojos redondos y azules. Otra persona en su lugar recordaría la forma en que desapareció la rubia sin dar ni una explicación y le reprocharía, pero dado la situación en la que Clarke había vuelto y que Lexa no es de odiar, sin pensarlo caminó con paso acelerado a la rubia y la abrazó. Por otro lado, otra persona en situación de Clarke creyendo que Lexa se había burlado de ella también se alejaría y le reprocharía tal descaro, sin embargo, aun lidiando con la muerte de su padre y el estrés de tener que decirle la verdad a Lexa, no sintió odio en esos momentos, ese abrazo la trasladó a una época en la que fue feliz, respondió al abrazo, cerró los ojos y se perdió con su aroma a sudor y a aceite. Después de unos minutos abrazadas lentamente fueron separándose, Lexa al ver lo sucia que estaba y Clarke tan impoluta con su vestido negro se separó unos pasos totalmente roja:

Aguas tranquilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora